La televisión se volvió más referencial que nunca y asistimos a un fenómeno bastante narcisista. Ese periodismo privilegia el entretenimiento antes que la información, por eso no existe el periodismo televisivo concebido como tal desde el momento que dejó de buscar el efecto de verdad, ya no le interesa el conocimiento. El caso de Jorge Lanata da en la tecla ya que él es el 80 por ciento del programa, el protagonista termina siendo él y no la información. Con respecto a Doman y Evelyn es un caso más radical que el de Jorge: que Doman sea un galán es un milagro de la TV. Asi como asistimos al milagro de que la televisión no genere información, que Doman sea sexy es otro. En este contexto que Marcelo Tinelli no esté –, sin dudas un tanque del medio–, no tiene que ver con que surjan estos personajes, sino que lo único que hace es exacerbar los síntomas de un fenómeno que ya viene sucediendo hace bastante en un medio que funciona como una maquina de destruir objetivos.
*Escritor .