El sol de la mañana resulta intenso y baña toda la superficie del campo verde haciéndolo brillar en lo que se anuncia como un día lleno de sol. Esos que se asocian con la alegría. Sin embargo, para Nazarena Vélez es uno de los peores de su vida. Por primera vez, su avanzar firme, como de quien derrama certezas, y esa postura de quien sabe qué quiere de su existencia, se le derrumbaron de golpe cuando, el lunes pasado por la noche, Fabián Rodríguez, su esposo y padre de su tercer hijo, Thiago, de tres años, decidió quitarse la vida. El empresario de 47 años se ahorcó en medio de problemas financieros, con la Justicia, y en plena crisis matrimonial. Desde entonces, fotos, videos y frases recordando sus momentos felices inundan las cuentas de las redes sociales de Nazarena, quien no deja de buscarlo. Y, por eso, el sábado por la mañana, la también productora decidió ir al cementerio aun sabiendo que su esposo ya no está ahí. Quizás para comprobarlo.
La actriz llegó alrededor de las 11 de la mañana al Jardín de Paz de Pilar acompañada de su madre, Ana Rosa. Destrozada y con el aplomo de quien necesita confirmar que “ya no está”, compró flores, gerberas amarillas y blancas, y se fue hasta el sector Cardenal, donde el miércoles fue enterrado el cuerpo de Fabián. Allí, se sentó en el césped y, frente a la lápida, lloró sin consuelo mientras su mamá trataba de sostenerla y le recordaba las palabras que le había dicho su padre, José, el día del entierro: “Vas a poder salir adelante”. El llanto desgarrador llegó a su fin cuando Ana Rosa la ayudó a levantarse del suelo y entonces, casi una hora más tarde de su llegada, se fueron en el Mercedes en el que habían llegado con la productora al volante.
Horas antes del entierro de su marido, la actriz escribió en su cuenta de Twitter: “Bese tus labios y estaban helados, todo tu cuerpo estaba frío. Sentí el mismo amor, aunque entendí que ya no estabas ahí”. Anteayer cambió su biografía en Twitter y puso, seguido del mensaje dedicado a su hermana Jazmín, fallecida hace cuatro años en un accidente de tránsito: “Unida hasta que Dios nos reencuentre a Fabián Rodríguez”. Y, en su WhatsApp, resumió su dolor con un “Me morí con vos”. La noche previa a ir al cementerio, subió a su cuenta de Instagram una imagen de Dios con la siguiente leyenda: “Cuando hayas perdido la esperanza, la mano de Dios te ayudará en tu camino”.
Trabajo. Estos son días de duelo más que difíciles para Nazarena, a quien los compromisos laborales que había asumido con la productora Jaz Producciones –que creó junto a un socio, Mario Diturbid, pero que hizo crecer con Fabián–, la apuran. De hecho, este fin de semana empezaba la gira nacional de Los Locos Grimaldi, pero fue suspendida y seguramente siga igual el fin de semana que viene, según lo que pudo averiguar este diario. Por otro lado, la actriz tiene la intención de abandonar el edificio donde funcionaba la empresa, en la calle Uriarte 2353, en el barrio de Palermo, y donde aún hay hasta vestuario de la obra. El viernes por la tarde, cuando el juzgado retiró la faja de restricción, estuvo con su abogado, Bernardo Beccar Varela, en el lugar. Por lo pronto, para retirar las pertenencias personales que habían quedado de su esposo. Es que, a pesar de que circula el rumor de que Nazarena tendría ganas de cerrar la productora, quienes la conocen descreen de esto y aseguran que es una mujer trabajadora y que, por ahora, sólo se habla de mudanza. Pero que no hay ninguna decisión tomada porque Nazarena no está en condiciones para ejecutar nada.
Por ahora, son su papá José –quien vino desde Puerto Madryn–, su hermano Jesús y su socio de la productora, Mario, los que se están encargando de hacer los números para saber cuánta plata hay y si se debe algo. También son ellos quienes se están ocupando de hacer los pagos y cobranzas pendientes. En tanto, Ana, la mamá de Nazarena, no se separa de su hija
