“Fue muy dura, muy injusta, muy mala con sus hijas. La verdad, Silvia, fuiste dura, mala”. Si algo le faltaba a la discusión mediática que protagonizaron esta semana Jorge Rial y su ex mujer, Silvia D’Auro, fue la aparición de Mariana Antoniale.
El viernes, en ShowMatch, alentada por Marcelo Tinelli, la actuar pareja del conductor de Intrusos opinó sobre las últimas declaraciones de D’Auro hechas a PERFIL.
“A la mamá de las chicas jamás se le prohibió que las vea, dijo en un extenso monólogo Loly en ShowMatch, que incluso con este tema caliente el viernes promedio los 18,8 puntos de rating. “ Ya hace dos años y medio que no habla con las chicas porque no quiere. He escuchado cada declaración de esta mujer, que las chicas se fueron una noche y se llevaron las cosas. Doy fe de que no fue así. A las chicas les mandaron la ropa en bolsas de consorcio, dejaron a la perra de Rocío tirada en la puerta de la casa de Jorge. (...) Quiero que ellas estén bien. A Jorge le afectó mucho, Morena le pidió irse del país. Jorge nunca se lo esperó de esta mujer. A él no le importa nada, sólo sus hijas. A mí las chicas me usan los perfumes, los zapatos, todo el día están buscando la imagen de una mujer. Ellas quieren que esto pase rápido (...) Yo tengo que contener a las nenas y a Jorge. A mí no me ataca, no me ofende porque lo que pueda decir de mí es mentira. Que se meta con sus hijas me parece desalmado”. También aclaró que siendo ella –Loly– hija de padres separados, quería que por el bien de todos haya una solución positiva entre las chicas y la madre.
PERFIL se comunicó con D’Auro aunque, por el momento, y en vista de las repercusiones de sus palabras, prefirió mantenerse en silencio. Sí aclaró que, frente a los dichos de Rial de tener intenciones de irse del país, no firmaría persmiso alguno para que se lleve a las hijas.
El conductor también habló en La Red sobre las declaraciones de su ex. Allí, entre lágrimas, contó cómo reaccionaron Rocío y Morena al escuchar a su madre: “Esto me duele pero no me sorprende. Esto les debe meter miedo a los que están buscando ser padres adoptivos (...) Porque encima dice lo que dice con nombre, sin importarle dañar a una chica que tiene 15 años (...) Mis hijas nunca robaron nada”.
La adopción fue un tema quedó también en el centro del debate. A Luisa Albioni, quien adoptó a su hija, Verónica, no le cayeron bien las palabras de D’Auro. “Mi nena se puso a llorar cuando la escuchó. Me dijo: ‘Mamá, yo no robo, ¿por qué dice eso?’. Lo grave de toda esta cuestión, además del daño que les hace a sus hijas, es meterle miedo a la gente que está pensando en adoptar”, dijo Albioni a PERFIL. “Fue una frase desafortunada pero todos sabemos que Rial es un tipo difícil que usa los medios cuando tiene que enfrentarse a alguien. Esto le vino como anillo al dedo”, opinó, por su parte, a PERFIL Beatriz Salomón, quien también decidió tiene dos hijas adopatdas.
Según trascendió ayer, D’Auro se irá unos días al interior del país para calmar las aguas ya que el presente no es el mejor momento para siquiera replantear la revinculación con sus hijas
Contagiar el amor y la confianza
¿Puede un niño que ha sido adoptado tener tendencia al robo?. “Tienen las mismas posibilidades que los hijos biológicos de llegar a ser personas de bien o ser ladrones, depende de cómo fueron criados y por quiénes. Si fueron criados con amor y por padres éticos serán excelentes adultos, independientemente de la condición de hijos biológicos o adoptados”, explica la licenciada Graciela Faiman, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina, especialista en psicoanálisis de familia y pareja. La licenciada Eva Rotenberg, directora de la Escuela para Padres Multifamiliar, es autora del libro Hijos difíciles-padres desorientados. Padres difíciles-hijos desorientados. Allí escribió un capítulo sobre el robo y las mentiras. “No es sólo una posibilidad de los hijos adoptados que puedan ‘robar’, algunos niños lo hacen y tiene que ver con diferentes situaciones emocionales. Decir que ‘todos o la mayoría de los hijos adoptados roban’ es generalizar y encasillar”, coincide Rotenberg. “Un niño, en condición de adopción o no, necesita del amor, de la confianza y de la verdad. Y el robo y la mentira, el esconder objetos o acumular, tienen más que ver con efectos de cómo se ha sentido amado, querido y aceptado”, apunta Felisa Lambersky de Widder, médica pediatra y psicoanalista, especialista en niños y adolescentes. Faiman va más allá: “La excesiva exposición en los medios es perjudicial en todos los casos. Los famosos deben aprender a guardar en la intimidad su vida familiar; la línea que divide público de privado está muy desdibujada”.