Tras el éxito de su primera temporada, Netflix estrenó el viernes los capítulos finales de La casa de papel, en Argentina. La serie española generó fanáticos en todo el mundo y catapultó a las producciones de ese país dentro de la plataforma de streaming. La historia de un grupo de atracadores que ingresa a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en Madrid para imprimir más de dos mil millones de euros y robarlos provocó adeptos que en la actualidad consumen hasta el vestuario de los personajes.
A 48 horas de su relanzamiento, PERFIL entrevistó a Javier Gómez Santander, uno de los principales guionistas de la serie. Si bien siempre se desempeñó como periodista político, Alex Pina, productor del proyecto, leyó su libro El crimen del vendedor de tricotosas, le gustó y le propuso que dejase la actualidad para escribir el guión de La casa de papel.
—¿Cómo fue ese primer encuentro con Pina?
—Alex y yo quedamos una noche de diciembre muy cerrada en Madrid para tomar una cerveza y al final terminamos cometiendo un atraco. El me contó el plan que tenía en mente: hacer un atraco de dos mil trescientos millones de euros y no le pude decir que no.
—¿Cómo fue el paso de la política a las series?
—La verdad es que el cambio de la crónica política a contar un robo en ficción tampoco es tan brusco; al final en política estamos hablando de robos todo el tiempo. En Argentina pasa un poco lo mismo (risas).
—¿Qué tanto del contexto político actual hay en la serie?
—En estos tiempos de crisis tan duras y largas como las que se están viviendo, queríamos que fuese un material narrativo para la serie. Teníamos que usar todo lo que está sucediendo y creo que la historia en sí misma es una metáfora. Que unos tipos entren a las entrañas del sistema para fabricar su propio dinero ya tiene un anclaje bastante fácil de detectar en la realidad: lo absurdo del dinero y cómo los bancos centrales son herramientas para gestionar esto. Los españoles hemos vivido mucho esta presión. Todo eso está en el marco social y la serie nos habilita a hablar de eso.
—En la serie hay personajes femeninos muy fuertes como Nairobi (Alba Flores). ¿Cómo reflejaron el movimiento feminista en “La casa de papel”?
—Lo que hacemos es narrar una historia en el momento que nos toca vivir. Cada momento tiene una sensibilidad distinta y nosotros hablábamos de estos temas en la sala de guión. Hablamos del mundo, de política, de feminismo y del aborto. Teníamos personajes mujeres muy fuertes como Nairobi, que en algún momento debía tomar las riendas y enfrentarse a un hombre tan machista como Berlín (el personaje de Pedro Alonso), que representa el mundo que se está acabando. El guionista tiene que estar muy conectado al mundo.
—Por el momento no trabajaste con actores argentinos. ¿Te gustaría?
—Por supuesto, pero por el momento no he podido. Ni con actores ni con periodistas, lo cual es más sorprendente porque trabajo mucho más con periodistas. Seguramente llegue el momento. Tenemos un vínculo muy fuerte que creo que explica por qué La casa de papel funciona tan bien en Argentina. En este mundo en que vemos tan de prisa series españolas en tu país y viceversa, creo que nosotros terminamos trabajando mucho juntos porque el vehículo en común es muy fuerte.
—En Argentina hay gente que compra el mono rojo de los atracadores como disfraz. ¿Cómo surgió la idea del mismo?
—El mono tenía una función sencilla, necesitábamos algo que fuese operativo. Un mono nos gustaba porque era fácil de llevar, luego buscamos de qué color tenía que ser. Con todo el equipo terminamos eligiendo el rojo porque parecía muy claro que ese color se apoderaría de la serie.
—Lo mismo sucede con la careta de Dalí. ¿Por qué este pintor y no otro?
—Visto con el tiempo ha sido una elección muy coherente por lo que representa la serie. Queríamos una imagen que fuese muy potente y la expresión de Dalí es muy fuerte por lo que de por sí él significa. Ese concepto de ir por los márgenes y la capacidad de creación creo que se identifica con los personajes, sobre todo el de El Profesor (Alvaro Morte). Las dos cosas juntas forman un ícono que ha tomado mucha fuerza. Nadie se podía imaginar, cuando estábamos escribiendo la historia en una casita a las afueras de Madrid hace un año, que la gente se iba a disfrazar con un mono rojo y la careta en lugares como Argentina, Portugal o Arabia Saudita. ¡Es increíble!
—En Argentina además hicieron famoso al tema “Bella ciao” a punto tal que apareció una versión que hizo Mercedes Sosa en 1983.
—Es muy llamativo. El otro día, por las redes sociales, vi una fiesta en Argentina en la que había mucha gente vestida de La casa... y de fondo sonando Bella ciao en varias versiones. Y me acordé del día en que pensé en ese tema para el guión. Estaba en mi casa haciéndome una tostada para el desayuno y no sé por qué la recordé y dije: ¡Esta es la canción de la serie! Fui corriendo al trabajo, lo conté y gustó mucho. Que hoy todo junto sea tan iconográfico es lo bonito para los que tenemos la suerte de contar historias. Nunca sabes qué dimensión pueden alcanzar pequeños detalles como estos.
—¿Por qué crees que la canción generó eso?
—Hay algo emocional que es muy potente. Lo hablaba con Pedro Alonso y ambos coincidimos en que Bella... transmite algo por más que algunos no sepan que es una canción partisana contra el fascismo. La gente la escucha y ya parece un himno.
—¿Crees que vas a volver a tener un éxito como “La casa de papel”?
—Yo no creo que haya que pensar las cosas en términos de cómo continúa esto; seguiremos teniendo proyectos interesantes y lo que pase con ellos es una carambola. La realidad es que nosotros en el día a día no vivimos tanto el éxito como, por ejemplo, los actores. Ellos hoy en día no pueden caminar por la calle. Los guionistas al final estamos pensando en las historias, que son lo más importante.
Curiosidades de la serie
Alex Pina es la mente detrás de La casa de papel, junto a su productora Vancouver Media. También es el creador de otras producciones españolas como Vis a vis, Tres metros sobre el cielo y la versión española de Caiga quien caiga. En la mayoría de sus proyectos se asoció a la productora Atresmedia, con quienes están en tratativas para crear otra serie que, aunque todavía no se conoce el nombre, se sabe que será una comedia. Por su parte la actriz Ursula Corberó (Tokio en la serie) tiene conexión con Argentina a partir de su noviazgo con Chino, hijo de Ricardo Darín. Mientras grababa la serie se hizo muy amiga de Alba Flores (Nairobi), quien es nieta de la cantante Lola Flores y sobrina de Lolita Flores.
La canción Bella ciao se asocia a los partisanos italianos enemigos del fascismo, a mediados del siglo XX. Con los años fue versionada por diferentes bandas de todo el mundo y ese sentimiento antifascista perdura hoy en día. En los últimos meses varias hinchadas de clubes argentinos tomaron la melodía y cambiaron la letra para alentar a sus equipos. Y también se la escucha en boliches y fiestas. Hay otro ícono
de serie: la careta de Dalí. En Argentina se la puede conseguir por $ 100 en internet. También por $ 800 extra se accede al mono rojo para convertirse en un “atracador verdadero” de La casa de papel.