La postal volvió a repetirse y por lógica, su consecuente efecto colateral, es decir, mediático. Ella, la diva de la TV argentina; él, un joven con proyección y sobre todo una aspiración política superlativa. Ambos se mostraron juntos en un espacio poco imaginable para Susana Giménez: la fiesta de fin de año de un sindicato, y en Tecnópolis... una Tecnópolis “renovada” por cierto. Y hubo entre ambos mucho lenguaje corporal recíproco.
Desde hace unos años Susana repite que está mejor sola, sin hombres o pareja. Su historial amoroso no deja duda alguna de que la pasión física es un casillero que en su vida está completo. Pero la aparición del galanteo de Facundo Moyano, quien a pesar de vivir en Puerto Madero y de ser habitué de uno de los restaurantes top de Buenos Aires, se calza el sayo de sindicalista y de promesa política, seguramente sacudió las endorfinas de la diva. Ella parece muy cómoda y divertida en la situación de mujer cortejada por alguien cuatro décadas más joven a pesar de que cuando se lo insinúan lo niegue con un sonoro: ¡Pero, por favor! Es un juego que conoce a la perfección.
Estratégico. Moyano por su parte, también se lo ve cómodo. Consultado sobre qué pasa entre ellos, niega cualquier affaire amoroso. Incluso su madre y su hermano Pablo, lo desestimaron usando con apreciaciones contundentes referentes a la diferencia de edad.
Pero el pasado viernes por la noche, el legislador del Frente Renovador, se garantizó una semana de espacio mediático gratuito al conseguir que Susana comparta con él la fiesta de fin de año del Sindicato Unico de Trabajadores de los Peajes y Afines, del que Moyano fue secretario general durante ocho años y del que hace un mes anunció su alejamiento para dedicarse de lleno a la actividad político-partidaria. Después de los ejemplos de Menem, Insaurralde, Urtubey e incluso Ottavis, es redundante explayarse acerca de lo provechoso que es para un político “asociarse” a una figura del espectáculo. Y en ese podio Susana se ubica en un inalcanzable primer puesto.
Así, en Tecnopolis como escenario y en un sector vip bien custodiado, ella y Moyano compartieron charla con Sergio y Malena Massa. Después, sin separarse del joven político tiró besos a los empleados que querían alguna imagen de ella y fue en esos momentos donde activaron ese lenguaje corporal que se observa en las fotos que ilustran estas páginas.
Y aunque en la fiesta estuvieron Floppy Tesouro, Silvina Luna o Connie Ansaldi, como invitadas, o incluso actuaron Rombai, Karina y Axel y Jorge Rial ofició de conductor, la anécdota de la noche fue que Facundo logró que Susana participe con él de la fiesta gremial. Dicen que ella le dijo a Massa que le parecía positivo que Moyanito hubiera puesto fin a las reelecciones indefinidas en el sindicato. Dicen. Pero las fotos no hablan, sí alimentan la fantasía que genera la posibilidad de una relación amorosa entre la diva y el político.
Cuando se comenzó a hablar de esto sí decían que a Facundo todo esto lo incomodaba. Las imágenes del festejo denotan que ahora se siente muy cómodo en este juego.
