Eduardo Williams seguramente no es un nombre que se asocie fácilmente al universo del cine fuera de ese ámbito si bien su primera producción audiovisual Tan atentos es de 2010. Sin embargo, este argentino de 34 años fue uno de los diez artistas ganadores de la primera edición del Chanel Next Prize, un premio bienal que la famosa empresa francesa creó a comienzos de 2021 como parte de una iniciativa más amplia denominada Chanel Culture Fund, establecida a raíz de la pandemia del coronavirus para ampliar el respaldo que dan marcas de lujo a las artes. El objetivo específico del “Next Prize” es apoyar a diez artistas y creativos internacionales que trabajan en el cine, la música, la interpretación y el arte visual que, según Chanel, están redefiniendo el lenguaje en sus respectivos campos. En un comunicado, Yana Peel, directora global de arte y cultura de la firma, explicó que el premio coincide con el legado de la fundadora de la etiqueta –Gabrielle Chanel–, quien en su época apoyó a los artistas de vanguardia. “Extendemos la profunda historia de ese compromiso cultural, potenciando grandes ideas y creando oportunidades para que una generación emergente de artistas imagine la próxima”, se explayó Peel.
Único latino. En el caso del argentino Eduardo Williams, al mencionarlo como uno de los diez ganadores, destacó que “es un cineasta y artista que cruza libremente entre el documental y la ficción para crear obras que son una exploración sensorial del mundo mediada por la tecnología de la cámara. Sus películas llevan al espectador a través de espacios de transición y caminos periféricos –callejones, pasillos, senderos en la jungla y corredores de tiendas–, hacia la vida íntima de sus protagonistas. Lo que impulsa el movimiento de los jóvenes ambulatorios en las películas de Williams es menos central que la sensación visceral de estar en el camino.” De los siete títulos que hasta el momento integran la filmografía de Eduardo Williams, tres de ellos se mencionan en la mencionada argumentación del Chanel Next Prize. A saber That I I’m Falling? (2013) –donde incluso trabaja Nahuel Pérez Biscayart, el actor argentino que triunfa en Francia–, ¡Lo olvidé! (2014) y Parsi (2018). De estos tres, dicen que “se crean a partir de una “intuición física” que desafía las expectativas de la narrativa, el contexto y el lugar”.
Artista emergente. Williams es el único representante de todo el continente americano que recibió el Chanel Next Prize. Los nueve restantes son o bien europeos o asiáticos. Todos ellos fueron seleccionados por un jurado integrado por la actriz Tilda Swinton, la artista Cao Fei y el arquitecto David Adjaye. Cada uno de los diez premiados recibirán 113 mil dólares para aplicar a la financiación de un proyecto a elección, y además, acceden a un equipo seleccionado por Chanel de mentores que los acompañarán durante los próximos veinte meses. El cineasta argentino sumó con este premio off festivales uno nuevo a los que ya logró en 2019 con el que le dio el Lincoln Center para Artistas Emergentes, y además la beca Robert E. Fulton III en Realización de Cine de No Ficción que en 2020 le otorga el Centro de Estudios de Cine de la Universidad de Harvard.
Mejor cine que museo. Si bien vive entre Buenos Aires y Euoppa, Eduardo Williams se formó en Fundación Universidad del Cine (FUC), y luego en Le Fresnoy, un espacio de arte contemporáneo en Francia, donde –según explicó– suelen financiar proyectos y dan tutorías. En ese tiempo en Le Fresnoy filmó uno de los cortos –That I’m Falling?– que el jurado de Chanel destacó. En uno de los reportajes que dio en sitios especializados, le preguntaron si, dada su manera de filmar, él hace películas para que se exhiban solo en museos o galerías de arte. Y el argentino fue categórico al respecto: “No, yo lo hago para la sala de cine.
Hoy en día hay muchas maneras de ver películas; mi preferida es en la sala de cine. Y lo hago y desde mi lugar quiero apoyar que se vean películas en el cine, porque para mí es lo mejor. No me gusta verlas en la computadora. Ir al cine es algo muy especial para mí. No es lo mismo que en un museo tampoco. (…) Por cómo filmo, tu ojo puede vagar mucho, enfocarse en diferentes partes del encuadre.
Pero siempre es difícil encontrar un buen fotograma de mi película, porque en realidad no está hecho de primeros planos, sino de movimiento.”