Tras dos años y medio en el sector público, Andrés Freire decidió volver a la empresa que co-fundó junto a su hermano Guillermo, y que recibió una inversión de una compañía china. Eso lo llevó a renunciar a su banca en la Legislatura porteña.
Antes de eso había sido ministro de Modernización, Innovación y Tecnología porteño que buscó tener un perfil alto. “Se puede hacer un aporte sin que eso te convierta en un político de por vida”, dijo Andy en una charla de PERFIL con él y su hermano.
—¿Cómo fue la decisión de salir del sector público y volver a la empresa?
ANDY FREIRE: Cuando surgió la inversión del grupo chino y vi que no era compatible ser legislador y estar en la compañía lo hablé primero con mi familia, después con Horacio Rodríguez Larreta y por último con gente del espacio. Coincidimos todos que la mejor manera de ayudar al país es generando empleo e innovación. Eso me terminó de decidir.
GUILLERMO FREIRE: Cuando me contó lo hablamos más desde lo profesional que como hermanos. El ya había estado en un rol muy activo en la empresa antes de ingresar en la política. Básicamente con la entrada de los chinos se planteó la idea de que pudiera volver. Tenemos una excelente relación y su retorno está buenísimo tanto desde lo profesional como de lo personal.
—¿Fue complicado tomar la decisión?
AF: Sí porque para mi grata sorpresa la Legislatura es un lugar espectacular donde mucha gente trabaja, y mucho, para mejorar la vida de las personas. Cuando asumí les dije a Horacio, a María Eugenia Vidal y a Macri que creo que más gente tiene que ir de lo privado a lo público a hacer un aporte por tres o cuatro años y luego volver a lo privado. Creo firmemente en eso y mi decisión fue coherente con esa visión.
—¿Cómo manejaste las críticas estos dos años?
AF: Cuando me metí en lo público sabía que de un día para el otro, muchas personas iban a estar en desacuerdo con cualquier cosa que haga. Es así. Nadie en lo público tiene aceptación total de la gente. Los mismos que en mi Facebook un día antes me decían: “Gracias por ayudar a los emprendedores” pasaron a decirme “Te vendiste a Macri”. Entendía que eso iba a ser así, pero que era el costo de poder trabajar para innovar en lo público.
—¿Qué sentís de volver a trabajar con tu hermano?
AF: Mi hermano es un crack. Y tenemos perfiles muy distintos también por la edad. Yo tengo un foco más en el plan estratégico de hacia dónde vamos, con qué socios, etc. El está mucho más enfocado en la operación diaria. A la empresa la co-fundé en 2014 y luego la dejé por completo casi tres años. En ese período creció mucho y me gusta poder volver a ahora para agregar valor y que siga creciendo.
GF: Andy es una persona que tiene un largo recorrido como emprendedor. Se fue a la política con el objetivo de ayudar a las personas y a las Pymes a crecer y hoy vuelve con la misma finalidad. Tiene mucha experiencia y nos va a aportar mucha visión estratégica. Siempre estuvimos muy en contacto y el hecho de que no haya estado en los últimos años también genera que regrese con una mirada fresca que nos va a ayudar.
Los chinos de socios. Según sus creadores, Trocafone se dedica a “cubrir una brecha entre distintos grupos sociales”. Por un lado en Argentina, que es un país emergente, hay un sector socioeconómico con un alto poder adquisitivo que compra un celular nuevo casi todos los años y el viejo lo deja guardado en el cajón por algún motivo. Después hay otro grupo que no tiene acceso a tecnología. Acá aproximadamente hay diez millones de personas que cambian el celular todos los años, pero también veinte millones que no tienen un smartphone. Y nosotros compramos el teléfono usado a quien lo recambia, lo procesamos para garantizar el funcionamiento y lo revendemos casi a mitad de precio”, explica Guillermo a PERFIL. En la última semana se supo que Aihuishou, una compañía china que se dedica a lo mismo que ellos en Asia, desembolsó US$ 2 millones y sobre todo aportó su dominio estratégico. Luego hubo otros US$ 14 millones de otros inversores.
“Que invierta la empresa número uno de China es crítico para nosotros. Nos abre el camino a ser globales en serio y podemos aprender ya que tienen mucho más recorrido que nosotros”, indica Andrés. En Argentina solo reacondicionan los celulares pero en Brasil también llevan a cabo el proceso con tablets y televisores. “La idea es hacer eso acá también”, finalizan.