De las manos de los médicos a las manos de Dios

Micaela Alagona, la niña de cuatro años, oriunda de la ciudad bonaerense de San Martín, que estaba gravísima en la Fundación Favaloro a la espera de un transplante cardíaco, fue operada finalmente hoy evoluciona "favorablemente". Como es habitual en estos casos, los médicos manifestaron para la recuperación "son cruciales las próximas 48 horas".

"El trasplante de corazón comenzó a la madrugada y finalizó este mediodía", manifestaron fuentes del centro de salud y explicaron que la niña sufría una miocardiopatía dilatada grave.

La niña estaba primera en la lista nacional de emergencias del INCUCAI, a la espera de un corazón. El trasplante fue realizado por el equipo de la Fundación Favaloro, coordinado por el especialista Alejandro Bertolotti. Fuentes del centro de salud manifestaron que "son cruciales estas primeras 48 horas, frente a los próximos 20 días de recuperación".

"A Micaela este corazón le devolvió la vida", dijo la mamá de la nena, Sabina Alagona, y agregó que en el caso de su hija, el órgano se demoró 21 días pero hay pacientes que esperan más de 80, "una situación desesperante que no le deseo a nadie".
"Micaela nació sana y a los tres años, contrajo un virus que le agrandó el corazón -contó la mujer-. Esto es algo que le puede pasar a cualquiera, no es una cuestión de edad: hace unas semanas, transplantaron a un chico de 24 años con el mismo virus".

"Nadie está libre de nada -concluyó la mujer-. Hoy lo necesito yo, mañana vos. Hay que ser solidarios con la donación de órganos".  Gustavo Alagona, el papá de la nena, recordó que hoy se cumplían tres semanas del ingreso de su hija a la lista nacional de emergencias del INCUCAI y dijo que este transplante de corazón, va a devolverle a la nena una vida normal.
"Micaela no podía ir al colegio, no podía jugar con otros nenes, no podía hacer actividad física", relató Alagona. La nena pasó los últimos meses en internaciones ambulatorias y terapias intensivas, hasta la intervención de esta mañana que puede cambiarle la vida.


Fuente: DYN y Télam