Susana Giménez, la mujer que había dado por muerta el intendente de Charata Miguel Tejedor hace 48 horas, y luego la ministra de Salud Graciela Ocaña "reviviera" ante la prensa, murió finalmente ayer en Resistencia. La infortunada mujer, de 38 años, sufría un proceso infeccioso de extrema gravedad a causa, presuntamente, de una inyección mal aplicada. Sumando otro capítulo a la saga dramatica del dengue en el Chaco, el deceso ya provocó otra polémica: en Charata dicen que Giménez tenía dengue y que la inyección que luego derivó en la infección mortal se la habían dado justamente por la fiebre. Desde el gobierno provincial sostienen que murió "por causas ajenas al dengue".
Lo más grave es que los voceros del gobernador Jorge Capitanich y su esposa, la ministra de Salud Sandra Mendoza, siguen tratando de minimizar la situación. El método que se utiliza para achicar el número de casos admitidos es que se ingresa a la lisia luego de ser sido sometidos a análisis que constatan de manera fehaciente la enfermedad. No hace falta conocer el Chaco para saber que, por cuestiones de pobreza e infraestructura, muchísimos habitantes soportan al dengue "como pueden", lejos de esos análisis. Ese es el nivel del dengue real, del que habla el intendente de Charata Miguel Tejedor cuando estima "más de 6 mil casos" en su ciudad.
"Esa mujer no murió, está internada en Resistencia", había dicho Graciela Ocaña el martes . indicando que Susana Giménez seguía con vida. Gravísima, pero con vida. Ayer murió y el dengue sigue avanzando. Mientras tanto, el clima social en Charata sigue juntando presión: ayer casi agreden a un empresario local que fue nombrado por Capitanich para dirigir las tareas de fumigación y "descacharrado" en la zona.
Se trata de Héctor Paglia, que cuando quiso hablar con dos centenares de vecinos que manifestaban enardecidos por la epidemia, a punto estuvo de ser agredido y debió poner distancia raudamente. Los vecinos creen que Capitanich nombró a Paglia para apartar del manejo del dengue al intendente Tejedor, que está enfrentado con el mandatario provincial y con su esposa, la ministra Mendoza, justamente por decir que lo del dengue es una epidemia y muy grave.
Mientras tanto, el gobierno de Corrientes anunció ayer la instalación de "barreras sanitarias" en el límite con el Chaco, tras confirmarse 30 casos de dengue en la provincia, todos en esta capital. El ministro de Salud, Adolfo Schneider, adelantó a la prensa que en los próximos días se instalarán dos puestos sanitarios para fumigar vehículos que ingresen a la capital provincial, uno sobre el puente interprovincial con el Chaco y otro en la Terminal de Ómnibus.
"La idea de esta barrera sanitaria es que se fumiguen los vehículos y sobre todo concienciar a la gente mediante la entrega de folletos explicativos e información", explicó el funcionario correntino. Tucumán es otra provincia que empieza a "blanquear" el problema: el lunes el gobernador Alperovich había admitido que había "60 o 65 casos" de dengue, y ayer el ministro de Salud de Tucumán, Pablo Yedlin, elevó esa cifra al doble: "hasta hoy tenemos 151 casos detectados", indicó.
