Científicos británicos desarrollaron una técnica que utiliza imágenes tridimensionales del rostro de niños para detectar indicios de anomalías genéticas, anunciaron hoy.
La técnica consiste en identificar alteraciones en la forma de narices, mandíbulas, orejas y cabezas de los niños a estudiar y compararlas con las de niños normales.
De esta manera, se puede determinar más rápidamente si un niño padece el Síndrome de X frágil, ya que quienes sufren esta enfermedad tienen caras largas y orejas protuberantes. Entre los síntomas de esta patología se incluyen problemas de aprendizaje y retrasos en el habla.
Según el profesor Peter Hammond, un experto en computación del Instituto de Salud Infantil del University College de Londres, quien contribuyó a la investigación, la técnica funciona en el 90 por ciento de los casos.
"Muchos genes afectan de manera diferente en el cuerpo", dijo Hammond. "Algunos pueden afectar el hígado o los pulmones, y la estructura ósea, pero también afectan al rostro", agregó. "Los genes que afectan al rostro también pueden afectar otras partes del cuerpo. Es una situación compleja", explicó.
Se sabe que unos 700 desórdenes genéticos afectan al rostro, de los cuales el equipo de Hammond hasta el momento investigó 30. Los científicos se aprestan ahora a usar esta técnica para probar 10 anomalías genéticas en un ensayo clínico.
Fuente: AFP