Hoy se conmemora el Día Mundial contra la Tuberculosis (TB) y constituye una gran oportunidad para concientizar sobre esta enfermedad, las medidas de prevención y su tratamiento, en pos de lograr un compromiso global para ponerle fin definitivamente.
La Tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa crónica producida por el bacilo de Koch, que se localiza generalmente en el pulmón, aunque puede afectar otros órganos. En nuestro país, el año pasado se notificaron 9.635 casos de Tuberculosis (0.32% menos que en 2017), y la mayoría se dio en personas de entre 20 y 44 años, de las cuales fallecieron 297 (7.61% más que en 2017), según datos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud. Estas cifras, además de generar alarma, nos deben impulsar hacia un cambio colectivo que contribuya a disminuir y desaparecer las fuentes de infección, incrementando las tareas de detección temprana así como el seguimiento de las personas bajo tratamiento para evitar su abandono.
“La Tuberculosis es un tema de salud pública que nos aqueja a todos, no sólo como causa de enfermedad y/o mortalidad, sino también desde el punto de vista de los factores sociales y sanitarios que determinan su ocurrencia”, destaca María Valeria El Haj, actual directora médica de Vittal.
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Existen dos tipos de Tuberculosis:
- la pulmonar, que es la más frecuente y contagiosa, la cual representa alrededor del 80 al 85% del total de los casos;
- la extrapulmonar, que afecta a otros órganos fuera del pulmón, como la pleura, ganglios, aparato genitourinario, columna, etc.
En el primer caso, la enfermedad se presenta con signos respiratorios como tos seca o productiva, expectoración con o sin hemoptisis, dolor torácico y síntomas generales como anorexia, astenia, adinamia, sudoración nocturna, pérdida de peso y a veces fiebre prolongada. En esta instancia, el paciente puede contagiar hasta tanto no haya iniciado un tratamiento, es por eso que toda persona que presente tos y catarro persistente por más de 15 días deberá ser estudiada para descartar la patología.
- Contagio.
El contagio de esta enfermedad se produce cuando quien la padece elimina pequeñas gotas de saliva (gotas de Fludgge) que contienen bacilos al toser, hablar o expectorar, teniendo mucha influencia las características del ambiente y la periodicidad y duración del contacto.
- Diagnostico y tratamiento.
El diagnostico de la Tuberculosis se puede realizar a través de la bacteriología (baciloscopia), radiología, reacción de PPD (va a mostrar infección, aunque no enfermedad) y otras técnicas de laboratorio. Luego, la mayoría de los pacientes se cura en un periodo de seis meses o más de acuerdo a la categoría de la enfermedad si reciben tratamiento y lo cumplen de manera adecuada, preferentemente mediante esquemas de TAES (Tratamiento Estrictamente Supervisado) o TDO (Tratamiento Directamente Observado).
Una vez iniciado el tratamiento de la persona con diagnóstico de Tuberculosis es muy importante registrar y evaluar los contactos que viven o tienen relación con ella por más de 4 horas diarias, controlando si presentan o no sintomatología, si están vacunados o no y, de no estarlo y ser menores de 6 años y no contar con documentación de vacunación y/o con cicatriz, deberán vacunarse con BCG para poder iniciar la correcta quimioprofilaxis, tratamiento que dura aproximadamente 6 meses.
“La vacuna BCG protege contra la Tuberculosis, y es efectiva y segura para prevenir las manifestaciones severas de la enfermedad, por lo que debe administrarse al nacimiento, antes del alta sanatorial, siempre que el peso del recién nacido supere los 2 kg”, detalla finalmente la Dra. El Haj.