La noticia de una mujer brasileña que padece "compulsión orgásmica", una extraña enfermedad por la cual requiere masturbarse varias veces por día, al menos cada dos horas, dejó atónitos a muchos lectores, pero también a los especialistas consultados por Perfil.com, que se asombraron de la supuesta gravedad del asunto.
Según la sexóloga Celia Laniado, miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASHARG), destacó que el supuesto hecho de que la mujer, Ana Catarina Bezerra Silvares, haya llegado a necesitar masturbarse unas 47 veces por día por la afección que padece, le resulta al menos "exagerado", producto de "la prensa sensacionalista". Sin embargo, destacó que sí existen casos de "compulsión a la masturbación", pero que a lo sumo puede generar la necesidad de masturbarse unas tres veces por día.
"Hay casos en que por ansiedad, nervios o excitación, por ejemplo, las personas necesitan masturbarse para poder seguir trabajando o para poder tomar decisiones, porque si no no se tranquilizan", señala la especialista. Y asegura que en algunos casos hay compulsión por realizar este acto, como otras personas tienen compulsión por la comida, pero que es casi imposible que suceda tantas veces al día.
Según Laniado, además, la adicción al sexo (que también implica la masturbación cuando no se tiene con quien tener relaciones sexuales) suele ser una afección que padecen más los hombres, y que en raras oportunidades les ocurre a las mujeres.
Por su parte, la psicoanalista Any Krieger, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y coautora del libro Sexo a la carta, recalca que se trata de un fenómeno fuera de lo común. Y dice que, si bien desconoce los alcances posibles desde lo biológico, puede estar influido por un trastorno psicológico relacionado con lo que Freud llamó "histeria de conversión", donde problemas de sexualidad terminan afectando el cuerpo.
"Por entonces, Freud descubrió que muchas mujeres, con un mandato de represión fuerte sobre la sexualidad, tenían afecciones en el cuerpo: quedaban ciegas o con partes del cuerpo anestesiadas. Quizás este trastorno sea una derivación de esa histeria, pero con una lectura contemporánea: en vez de una prohibición a tener sexo, hoy el mandato te obliga a tenerlo", señaló Krueger.