Periodista de pura cepa si las hay, de esas que conocen a los artistas hasta la médula, se ha regodeado con buena información en radio y televisión como conductora, productora, publicista, y hasta se atrevió a modelar para una marca de ropa de mujer maduritas. Esa es la "la Fontana", como la llama sus colegas, una mujer fuerte, emprendedora, solidaria y con el humor necesario para invertir la paleta de colores que últimamente tiñó su vida de negro azabache desde que le dijeron, que padecía de cáncer de ovarios. Asoma optimista como quien siente haber vuelto a nacer y agradece a Semanario haber respetado su silencio.
"Siempre fui cuidadosa conmigo, me hacía chequeos periódicos y antes de mi última consulta mi ginecóloga aseguró que mi útero era como el de una de veinte", comienza a contarnos Susana quien, sin embargo reconoce que el cuerpo le avisó y ella hizo oídos sordos. "Hacía un año que sentía dolores vaginales, puntadas", relata melancólica.
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