La imagen de los encargados de edificio lustrando los bronces podría llegar a desaparecer en la Ciudad de Buenos Aires. Sucede que cada vez se registran más robos de picaportes, tableros de los porteros eléctricos y cuanto elemento de ese metal tenga el edificio.
Los mismos son reemplazados por números pintados, porteros de chapa y otro tipo de materiales más baratos y menos atractivos para los ladrones.
La situación también se da en los cementerios, en donde las placas de bronce dedicadas a los difuntos desaparecen de un día para el otro. El diario Democracia de Junín dio cuenta de la situación en una nota en la que comentaba que “más allá del valor económico, lo más angustiante para los vecinos es la pérdida del valor afectivo que conllevan las placas en recuerdo de sus seres queridos”.
En el caso de los edificios, se trata de sensible pérdida de valor patrimonial y cultural, ya que seguramente el metal se reduce y se vende al peso.
En el cementerio de Tucumán, donde directamente no quedaron placas de bronce, las autoridades dedicieron alertar a los corralones que se abstengan de comprarlos.