El agua embotellada no es necesariamente más sana ni más segura que el agua de la canilla, según un estudio hecho en Florida, Estados Unidos, a partir de la intervención de la nutricionista Cynthia Sass en la undécima convención anual de Salud y Forma Física del American College of Sports Medicine de Dallas.
Según Sass, aproximadamente el 25% del agua embotellada es, en su origen, agua corriente, informó el portal 20 minutos que cita a Reuters.
"El agua embotellada no merece el halo nutricional que la mayoría de gente le da, creyendo que es pura", afirmó y agregó que si uno no es "un bebedor exclusivo de agua embotellada puede descubrir que vale la pena filtrar el agua corriente y ahorrar dinero".
En tanto, una encuesta elaborada recientemente en Estados Unidos reveló que la mayoría de consumidores afirmaron que bebían agua embotellada porque creían que es más pura que el agua del grifo.
Sin embargo, pruebas realizadas en 1.000 botellas de 103 marcas diferentes de agua embotellada se encontraron sustancias químicas artificiales, bacterias y arsénico en 22% de las botellas.