El Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) dio cifras de que en los últimos años, el consumo estético de estos suplementos que aumentan el volumen muscular a velocidades descontroladas y sin necesidad de ir al gimnasio, (anabólicos esteroides) representó el 90% de la comercialización, mientras que su uso recetado alcanzó sólo el 10% restante. Para colmo, las ventas entre 2010 y 2015 pasaron de 2.030.000 a 2.710.000.
Además, los estudios de la revista “Alimentary Pharmacology and Therapeutics” advierten que los casos de fallas renales en adolescentes por el consumo de anabólicos ha crecido del 1% al 11% en los últimos cinco años y la preocupación de los médicos crece porque el uso de estos productos es una tendencia en ascenso y entre jóvenes que simplemente van al gimnasio por una mejor figura.
“Pérdida de la potencia sexual, artrofia testicular, infarto del miocardio, cáncer de próstata e hígado”, son varios de los riesgos que corre uno cuando toma o se inyecta estos complementos, según Néstor Lentini, Director de la carrera de Medicina del Deporte en la UBA y médico del Comité Olímpico Argentino.
¿Son acaso los jóvenes conscientes de los problemas que pueden tener al ingerir estos esteroides? “El que los usa sabe a qué se abstiene, el cuerpo tiene un equilibrio y en cuanto se sale de eso hay grandes riesgos”, afirma Jorge Brisco, presidente de la International Sports Trainers Asociation.
“El consumo es engañoso, ya que los suplementos de venta libre y legal en la farmacia no son anabólicos pero sí tienen efectos (menores, pero también dañinos) similares a la hormona, y esto confunde a quienes creen que por ser de venta libre pueden tomar cantidades excesivas”, comenta Marcelo Peretta, representante del SAFYB, haciendo referencia a los aminoácidos, proteínas, creatina, entre otras de las sustancias más vendidas en farmacias, cuyo resultado es mayor recuperación muscular luego de hacer ejercicio, crecimiento del propio cuerpo, retención de líquidos, etc.
La diferencia entre lo que es legal e ilegal es que además de contar con una certificación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), lo que se compra en comercios son componentes que ayudan al desarrollo físico de la persona si esta lo acompaña de una rutina en el gimnasio, en cambio los anabólicos alteran al organismo y desarrollan la masa corporal sin necesidad de hacer ningún esfuerzo.
Las variedades de hormonas y esteroides son muchas, aunque en el país están todas prohibidas desde el 2013 por la ANMAT a excepción de la Nandrolona. Todos los esteroides pueden conseguirse legalmente a través de una receta médica que avale la necesidad por falta de producción de una hormona en particular. “Así es como se falsifican proscripciones y gimnasios, farmacias y veterinarias venden ilegalmente”, explica Ian Katz, preparador físico que además afirma que “muchos colegas lo consiguen así para sus clientes”.