Un enorme incendio en una empresa de reciclado de neumáticos en el predio del CEAMSE en la localidad bonaerense de San Martín (Camino del Buen Ayre y Debenedetti) generó esta tarde postales contrapuestas: por un lado, revelío el peligro que sigificaba almacenar miles y miles de cubiertas usadas sin las prevenciones de seguridad acordes (la falla quedó a la vista), y por otro, la precariedad de recursos con la que deben trabajar los bomberos del conurbano.
En el caso de esta tarde, con llamas gigantescas y columnas de humo que se elevaban centenares de metros en el cielo (se veían desde lugares distantes decenas de kilómetros), la desesperación de los jefes de bomberos era "conseguir agua". Camiones que salían a recargar debían hacerlo en lugares "hasta 10 kilómetros del incendio". En rigor, el material que se quemaba resiste la acción del agua, no es fácil doblegarlo, y los bomberos comentaban que hubieran hecho falta agentes químicos más específicos para la extinción. Claro que si hacíaa falta incluso agua, imaginar "productos químicos" en el lugar era ciencia ficción..
Las decenas de dotaciones (cerca de 50) dieron todo de sí para circunscribir el incendio cerca de las 18. El siniestro, tan gigantesco como posible en verano con pilas de cubiertas y plásticos, dejó cuatro bomberos con principio de asfixia, pero no hubo heridos de consideración ni entre los servidores públicos ni entre los vecinos. El esfuerzo principal fue que las llamas no alcanzaran el edificio principal de la empresa de reciclado Regomax. El viento dio una mano, ya que evitó que el humo fuera sobre el Camino del Buen Ayre.