Sus tres hijos y su marido conforman el grupo familiar de Marta. Es docente de profesión pero le dice a Perfil.com que después del doble turno, llega a su casa y se concentra en vender productos para completar un ingreso, ya que con su sueldo de docente y el de su marido, no le alcanza.
En medio de las disputas por el aumento salarial, asegura que no se puede vivir de la docencia. Piensa que “tranquilamente” deberían ganar 4.000 o 4.500 pesos por turno.
Uno de sus compañeros, Gustavo, se muestra muy preocupado por la negociacion salariales. “No sólo es importante el aumento sino cómo nos den ese aumento”, afirma y señala que “cuanto más trabajás menos ganás, ya que en el segundo turno ganás menos que en el primero. Y si buscás un tercer turno, ganas menos todavía”.
Ricardo Grancharoff es profesor de economía. Dice que el piso debería ser de 3.000 pesos por turno, pero a eso habría que agregarle un plus por buen desempeño, basado en evaluaciones anuales o bianuales. Encuentra en su teoría una forma de mantener el estímulo de los docentes y mejorar “el capital humano” del país.
Salariazo. “Desproporcional, injusto y absurdo”, son palabras que se desprenden de los docentes que dialogan con este portal. Ven el aumento del 100% que se otorgaron los legisladores, como un gesto de provocación.
“Todos deberíamos hacer un paro, toda la sociedad, por la locura que están haciendo los legisladores con su sueldo”, dice Marta. “Argumentaban que merecían ese aumento porque su labor es muy importante. Entonces lo que queda para pensar es que nuestro trabajo, para el Gobierno, no es tan importante. Por eso tenemos sueldos tan bajos”, razona Gustavo.
(*) Especial para Perfil.com