Son carísimos, pero también perjudiciales para chicos, personas mayores y hasta mascotas. Aunque en los últimos años su venta disminuye –efectos de la crisis, sí, pero un crecimiento en la conciencia de su perjuicio también–, cada vez más provincias y municipios están dictando normas para reducir el uso de pirotecnia sonora.
Aunque las cámaras de fabricantes buscan alternativas, una campaña procura proteger a los chicos, las personas con discapacidad, los mayores y los animales que sufren con los estruendos de las explosiones.
Bajo el lema #MáslucesMenosruido, los familiares de personas con trastorno del espectro autista (TEA) piden que se utilice algún distintivo azul en las puertas de sus casas para que los vecinos sepan que allí vive una persona con TEA y lo tengan en consideración. También queda abierta la posibilidad para todos aquellos que se solidaricen con las familias y quieran usar el color como símbolo bajo cualquier forma.
Según los especialistas, las personas con TEA tienen una mayor sensibilidad en algunos de los sentidos, y en particular el oído. Al tener su capacidad auditiva incrementada, perciben los estruendos como elementos de alto estrés y sufren. Algunos se tapan los oídos de manera desesperada, pero sin poder controlar las crisis que les provocan los ruidos, pueden llegar a autolesionarse.
“Los fuegos artificiales tienden a desorganizar en exceso a los chicos con TEA; tanto, que luego deben ser ayudados a reponerse del impacto de los festejos”, explican desde SAP.
Este mes, varios municipios y provincias de todo el país informaron que se intensificarán los controles del uso o la venta de esos productos. En la provincia de Buenos Aires hay unos 25 municipios que prohíben el uso de productos sonoros. En Vicente López no se usará pirotecnia en los espectáculos o festivales locales “por las consecuencias y los riesgos que tienen los estruendos en las personas, los animales y el ambiente”, dijeron desde la intendencia. También hay planes de regularla en Tucumán, y en Comodoro Rivadavia, por caso, están prohibidos. Y hay proyectos en Mar del Plata y en la provincia de Misiones, aunque varias de sus localidades ya la prohibieron.