Pese al reciente fallo de la Corte, que determinó que no es delito tener marihuana para consumo personal, el músico Andrés Calamaro irá a juicio por fumar un “porro” en público, durante la presentación de un libro a fines de agosto pasado. Así lo determinó el fiscal general ante la Cámara Federal, Germán Moldes, que entendió que debe ser investigado porque su acto tuvo “trascendencia a terceros”.
De este modo, Moldes estableció los alcances del reciente fallo de la Corte que despenaliza la tenencia de drogas para consumo personal, al oponerse a la clausura de una causa contra Calamaro, ya que –según su dictamen- sólo queda "fuera de la jurisdicción criminal” el consumo de marihuana "sin trascendencia a terceros”; pero no está comprendido "otro comportamiento más amplio o referido a otras sustancias y en otras circunstancias espacio-temporales diferentes”.
La causa se inició por la denuncia de un particular que aseguró que Calamaro fumó un cigarrillo de Marihuana durante la presentación de un libro el 26 de agosto último, en el Club Social y Deportivo Estrella de Maldonado. El expediente recayó ante el juez federal Norberto Oyarbide, quien pidió un dictamen al fiscal Eduardo Taiano. Ante el dictamen de Taiano, que entendió que tras el fallo de la Corte la investigación debía cerrarse, Oyarbide le envió el expediente a Moldes a modo de “consulta”.
"Cegar ‘ab initio’ (de antemano) toda posibilidad de indagación basándonos en el reciente pronunciamiento del Supremo Tribunal constituiría, en mi modo de ver, un grave error: el de considerar, desde ahora y para el futuro, la decisión de la Corte como un vasto o ilimitado permiso para el consumo de estupefacientes en cualquier circunstancia y lugar”, señaló Moldes en su dictamen, al tiempo que apartó a Taiano de la investigación y designó al fiscal Federico Delgado.
No es la primera vez que Calamaro tiene problemas judiciales por hacer alarde de fumar marihuana en público. En 2005 fue absuelto de una causa por “apología del delito”, iniciada en 1994, luego de que el músico dijera, en un recital y ante unas 100.000 personas: “Me estoy sintiendo tan a gusto que me fumaría un porrito”.