Distintos cortes y protestas generaron ayer un caos de tránsito en el centro porteño, e importantes demoras en las vías de acceso a la Ciudad.
Durante todo el día, el ingreso al aeropuerto internacional de Ezeiza sobre la autopista Riccheri se vio colapsado por la protesta de los operarios de la avícola Cresta Roja, que mantenían un corte parcial por tercer día consecutivo en reclamo de salarios adeudados y la continuidad de los puestos.
El ingreso a las terminales aéreas se realizó a través de un solo carril, y algunos pasajeros debieron acercarse a pie.
Durante la conferencia de prensa que brindó por la mañana, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, se refirió al conflicto e intimó a los dueños a que “paguen salarios y aguinaldos o pongan en venta la empresa”.
La zona del Obelisco fue otro de los puntos que quedó prácticamente intransitable. Integrantes del movimiento Barrios de Pie se concentraron allí desde las 12 y marcharon al Ministerio de Desarrollo Social para exigir un bono de fin de año para jubilados, beneficiarios de planes sociales, trabajadores informales y cooperativistas. La protesta ocupó la mayoría de los carriles en el cruce de Corrientes y 9 de Julio, aunque el Metrobus quedó liberado.
Además, la Unión Obrera Metalúrgica se manifestó durante la mañana frente al Ministerio de Trabajo por la cesantía de 189 trabajadores de Techint, que finalmente serán reincorporados, según anunció ayer el gremio. Y cerca de las 18 los hinchas de San Lorenzo se convocaron en Boedo, luego de que la empresa Carrefour pidiera más días para responder a la oferta económica por el predio para construir el nuevo estadio.
Medidas. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, indicó que el gobierno nacional trabaja junto a la Justicia para confeccionar “un protocolo de protesta social”, para que los reclamos sean “previsibles” y no afecten el tránsito. “Las protestas son legítimas, pero no pueden afectar la libre circulación”, dijo.