La diputada nacional por la Coalición Cívica, Elisa Carrió, consideró anoche que la desaparición del submarino ARA San Juan “es un acontecimiento irreversible” y estimó que sus 44 tripulantes “están muertos”, pero aclaró que el Estado nacional “no puede decirlo hasta que no haya una certeza absoluta”.
Carrió contó que cuando supo de la desaparición del sumergible se comunicó con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, para pedirle “toda la verdad” sobre este incidente. “Le dije a Marcos (Peña) que quería toda la verdad y el me contó que hubo un problema con las baterías, que la conducción de la Armada lo supo y que luego lo comunicó al Ministerio de Defensa. Ahora voy a investigar para que se sepa toda la verdad”, aseveró la cofundadora de Cambiemos al mirar de frente a Itatí Leguizamón, la esposa del cabo primero Germán Suárez, tripulante del ARA San Juan.
“Gracias, Lilita. Era lo que necesitaba saber”, señaló Leguizamón a la legisladora, y luego admitió que cuando dijo que la Armada le ocultó información a los familiares se encontraba bajo “mucha presión psicológica”. “No puedo decir como antes si me ocultaron información. Sufrimos mucho cuando nos dijeron que había siete llamadas desde el submarino y después nos dijeron que no era cierto. Estábamos los familiares bajo mucha presión”, apuntó.
En otro orden, Carrió aseguró que en el astillero Tandanor, donde se reparó el ARA San Juan “hubo hechos de corrupción” durante la gestión del Gobierno que terminó en diciembre de 2015.
En ese sentido, la dirigente oficialista inquirió al oficial naval Carlos Zavalla, primer comandante del submarino, sobre estas cuestiones. “Conozco lo que se publicó sobre las causas judiciales que hay al respecto pero no conozco nada más. Creo que la información que dio la Armada en este caso por parte del capitán de navío Enrique Balbi fue certera. La información sobre las siete llamadas salió desde el Ministerio de Defensa”, sostuvo Zavalla.
Sin embargo, Leguizamón lo contradijo al recordar que esas informaciones “estaban en los partes de la Armada a los que accedieron los familiares” de los tripulantes. “Es una deducción que no se invierte en las fuerzas armadas desde el inicio de la democracia. Dije eso y otras cosas más porque estaba fuera de mí cuando nos dijeron que en el submarino hubo una explosión”, apuntó la esposa del suboficial Suárez.
Por su parte, Zavalla admitió que encontrar el submarino que es buscado en la actualidad por siete buques de distintas nacionalidades será muy difícil porque en la zona donde se produjo el siniestro el lecho marino “es muy irregular”.
“Es una zona con muchos cañadones y quebradas. Será difícil encontrarlo. Por la presión, la nave puede sufrir daños irreversibles”, remarcó. Carrió observó que el 20 por ciento del personal de las fuerzas armadas “está por debajo del nivel de la pobreza”, y que en las armas “existe una cultura de lo arreglamos con alambre”, pero que ya “no se puede arriesgar más la vida” del personal militar.