La transformación de la calle Castro en el barrio de Boedo en una arteria de características “verdes” generó una nueva polémica entre el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y los vecinos de la Comuna 5.
Se trata de una iniciativa que abarcará, por el momento, tres cuadras de la calle Castro, el tramo que va desde la avenida Independencia hasta la avenida San Juan. Según el Ejecutivo porteño, el proyecto tiene por objetivo sumar en esa arteria superficies verdes que no solo darán más espacio al peatón sino que también ayudarán, junto con otras obras, a adaptar la Ciudad al cambio climático.
En total, se sumarán 1.660 m2 de espacios verdes a una de las comunas, en este caso la 5, que menos verde tiene en su superficie. La propuesta también incluye la instalación de unas cincuenta luminarias peatonales y vehiculares, 16 cámaras de seguridad nuevas, además de la gestión de limpieza y mantenimiento de la zona intervenida. También se prevé la plantación de 16 árboles que se sumarán a los ejemplares existentes.
De todas maneras, y más allá de estos supuestos beneficios para los residentes del lugar que esgrime el gobierno porteño, el proyecto es resistido por buena parte de los vecinos de las cuadras afectadas, en especial, de los frentistas.
En este sentido, aseguran que “la instalación de estos espacios verdes afectará la vida que venimos llevando quienes vivimos sobre Castro”.
Para demostrar su descontento con la iniciativa que se impulsa a través de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad, desde hace un mes los residentes del lugar realizan cortes de calles, semaforazos y juntas de firmas para evitar que se desarrolle el proyecto. “Pedimos que la iniciativa contemple, al menos, su tratamiento en la Legislatura porteña con la realización de una audiencia pública, y no a través de una imposición gubernamental”, afirmó Emilia Amundarain, vecina de la zona. “Además, la instalación de espacios verdes en la puerta de nuestros domicilios va a generar problemas de convivencia. Con todos los problemas de inseguridad que hay, a nadie le va a gustar que se junte gente en la puerta o ventana de donde vive”, agregó.
Otro de los inconvenientes que presentará la futura calle verde para los vecinos tiene que ver con el estacionamiento. “Nos reducirá los espacios para estacionar los autos. Nos quieren mandar a estacionar a las calles Castro Barros o Colombres, que tienen mayor caudal de circulación de autos”, puntualizó Amundarain, en su charla con PERFIL. “Por otro lado, nos dijeron que los espacios verdes ayudarán a evitar las inundaciones, cuando Castro, Castro Barros, Colombres o Yapeyú nunca se inundaron. No entendemos por qué quieren hacer este proyecto”, agregó.
Del otro lado de la vereda, Magalí Videla está a favor de la iniciativa que se impulsa desde el gobierno porteño. “Es una de las comunas con menos espacios verdes de la Ciudad, y este proyecto servirá para contrarrestar esta situación”, afirmó. Respecto de los posibles cambios que se pueden producir en la zona, la joven señaló: “No creo que cambie la dinámica del barrio, al contrario. seguirá siendo el barrio tranquilo que siempre fue”, completó.