Justo cuando terminaba el acto del Día del Maestro, una rama se desprendió de la araucaria del patio de la Escuela Nº 3 de Caballito y cayó sobre dos docentes que salían del colegio. Una fue dada de alta, pero Rosa Astulfo, de 51, sigue en terapia intensiva, aunque fuera de peligro, según indicaron desde el gobierno porteño.
Las clases fueron suspendidas al menos hasta el martes. Desde el Ministerio de Educación porteño, a cargo del mantenimiento del establecimiento, incluyendo su parque, aseguraron que una cuadrilla de operarios verificará el estado de las ramas y sacará las que representen algún peligro.
Según informaron varios padres de la escuela y admitieron desde la cartera que dirige Esteban Bullrich, había varias denuncias presentadas por el mal estado de algunos árboles. “La comunidad había advertido reiteradamente que caían ramas, y las respuestas que se dieron fueron parciales e insuficientes”, reconoció a PERFIL Carlos Regazzoni, subsecretario de Gestión Económica y Financiera y de Administración de Recursos del Ministerio de Educación porteño. El jueves hubo una reunión entre funcionarios y padres, que se quejaron de que sus reclamos fueron sistemáticamente desoídos.
Si bien el Ministerio de Educación tiene un equipo para mantener los parques de los colegios, la cooperadora de la escuela Primera Junta había contratado un jardinero propio. Algunos padres se quejaron de algunos arreglos edilicios que se habrían financiado con aportes de las familias de los alumnos. “Esta es la jurisdicción más rica del país, donde aumentan los impuestos pero no se destinan las partidas necesarias para infraestructura escolar”, se quejó Ana María Ríos, secretaria gremial de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
“Se trató de un caso muy especial, de una rama que estaba muy alta e inaccesible. Hasta este momento no teníamos un sistema para monitorear este tipo de árboles”, indicó Regazzoni. Según informó a PERFIL, ya se contrataron dos empresas para analizar los árboles históricos de los colegios. Una de ellas se dedica al relevamiento de bosques para empresas petroleras. “A partir de ahora estamos armando el sistema y vamos a contratar un servicio específico para los cerca de diez parques centenarios que pueden presentar condiciones similares”, indicó.
Sin embargo, no se trató del primer accidente por un árbol en mal estado en los últimos años. En 2009, una rama cayó sobre Zahira, una nena de 6 años que jugaba en Plaza Almagro, y le causó graves heridas en la cabeza. Dos años después, Graciela Galíndez, de 65, murió en el Parque Rivadavia luego de que parte de un eucalipto le cayera en la cabeza.
