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Ciudad privada: claves de la vida en versión Nordelta

Tras la muerte de los jóvenes, sus habitantes están en tensión. Cómo se vive en el barrio cerrado más grande de Sudamérica.

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Hay una dialéctica constante entre el interior y el exterior de los countries, barrios y ciudades cerradas. Una tensión que asuntos como la seguridad, la provisión de servicios y los régimenes de visita colocan entre las prioridades constantes de quienes optaron por vivir en las arcadias posmodernas de felicidad y tranquilidad. Aunque con accidentes como el que durante la madrugada del domingo 18 ahogó en las aguas de Nordelta a Alexis Fraccia (26), Darío Fasano (22), Sebastián Cabirta (22) y a su primo Eduardo Cabirta (25) los que desquebrajan la burbuja idílica entre altos recursos materiales y alta calidad de vida.
 
Nordelta es la ciudad-pueblo privada más grande de Sudamérica y está ubicada a 30 kilómetros de Buenos Aires, en Tigre. Aunque ninguna de las víctimas a bordo del Volkswagen Cross Fox que se hundió era nordelteño -gentilicio que usan los habitantes de sus 1.600 hectáreas-, la atmósfera natural de los ciudadanos intramuros se agitó como pocas veces. “Lo que pasó en Nordelta fue una tragedia, pero no se me ocurre replantearme el estilo de vida del barrio por eso; es como si la gente que vive en la ciudad se mudara a un country después del accidente del lunes”, dice con un tono erizado Sofía, que vive en Nordelta con su marido y dos hijos desde hace tres años, trazando un paralelo con el choque entre una ambulancia y un móvil policial que  provocó 8 muertos el lunes 19 en el barrio de San Cristóbal.
 
Mundo vigilado. Aunque la cuestión seguridad no fue la única por la que Sofía optó por mudarse a Nordelta “Si querés pensarlo en términos de ciudad, yo diría que tiene los mismos defectos que la ciudad real pero a la mínima potencia”, dice. Su sistema de normas y reglamentos, centralizados en la Asociación Vecinal Nordelta (AVN), tiene una particularidad dentro del universo del resto de los espacios de su especie. “ Cada uno de los 14 barrios funciona como una sociedad civil sin fines de lucro, por lo que cada comunidad se concentra sólo en lo que le pasa”, explica Pedro Segura, gerente general de la AVN. Mediante una red de directorios ejecutivos, consejos vecinales y tribunales de disciplina -cuyos cargos entre desarrolladores y vecinos son electivos-, Nordelta se gestiona a sí mismo como un pequeño país con provincias.
 

La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias.