Hay varios implicados y 120 damnificados. Por un lado los dueños del hotel Minerva de la ciudad de Mar del Plata, una compañía de viajes que trabajaba con dicho alojamiento, y las autoridades encargadas del control hotelero en la ciudad turística más importante del país. Por el otro, los turistas que pagaron para pasar una temporada de descanso.
Apenas llegaron, según el relato de algunos de ellos, comezaron a ver que las habitaciones estaban "en muy mal estado", que "no había matafuegos y que el cieloraso se caía a pedazos". La situación empeoró con la comida: "no estaba podrida, pero tampoco estaba bien".
Sin dudarlo, los huéspedes se dirigieron a la oficina de Defensa al Consumidor y radicaron la denuncia. Los integrantes del organismo y de la secretaría de Seguridad e Higiene que revisaron el lugar les dieron la razón. Además, el hotel no tenía habilitación. El operativo de control fue realizado esta tarde en el edificio ubicado en Bolivar al 2500, entre Santiago del Estero y Córdoba, del centro marplatense.
La versión oficial. "El hotel se encontraba en pésimas condiciones e inhabitable", confirmó a DyN el titular de Inspección General marplatense, Claudio Gómez. Entre otras irregularidades se comprobó que el lugar no contaba con matafuegos, que había cables expuestos, algunas habitaciones carecían de iluminación, el sistema de emergencia era inexistente, y existían problemas en el suministro de agua caliente.
También se detectaron goteras en los pasillos de los ocho pisos del hotel, cielorrasos descascarados, aguas servidas en el comedor y comida en "dudoso" estado, confirmaron los inspectores. La mayoría de los turistas afectados provienen de Mendoza, donde compraron en una empresa local un plan de veraneo con alojamiento tres estrellas.
"Nos vendieron un hotel de tres estrellas y éste no llega a media", se quejó una mujer damnificada, que también cuestionó el "mal trato" del personal administrativo del lugar, que no ofrecía respuestas a sus demandas. Tras la clausura del hotel, funcionarios del Ente Municipal de Turismo (EMTUR) intentaba reubicar a los turistas en otros alojamientos de la ciudad.
Mientras que un grupo consiguió ser relocalizado, otros permanecían en el hotel a la espera de una solución al problema e inclusive intentaron cortar la calle Bolívar. Además de las cuestionamientos a las precarias condiciones de alojamiento, los turistas intentaron, con suerte dispar según dijeron, que la empresa mendocina por la cual contrataron el servicio resolviera el inconveniente.
Fuente: DyN