Entrada, plato principal, postre y café, pero cómodamente sentado en un sillón reclinable y mirando una película. Como en casa, sí. Pero la comida es ideada especialmente por un chef, el que sirve no tiene que levantarse y poner pause cada dos por tres, y la pantalla no es la del televisor de casa, sino la de un cine. No es disparatado, no. Es el llamado cine premium, con boletería y todo, como cualquier otro, pero con un servicio diferencial: comida gourmet, servicio de mozos y amplios sillones, separados entre sí para dar más intimidad.
Se trata de un nuevo formato de los cines Hoyts que acaba de desembarcar en la Argentina y que, pese a lo que podría pensarse, está ideado para distintos tipos de público, incluso, el infantil. Las primeras salas de este tipo en el país abrieron en julio en el nuevo shopping Dot, ubicado sobre General Paz, cuando termina el barrio porteño de Saavedra.
¿Cómo funciona? Se saca una entrada como en cualquier otro cine y, si así lo desean, pueden pedir la carta y elegir algo para comer, beber o sólo degustar durante la película. Hacen el pedido, se acomodan en sus amplios sillones y esperan a que los mozos se encarguen de lo demás. Si en la mitad se les antojó algo más, llaman al mozo a través de un botón en su butaca, y el mozo allí estará.
El servicio está pensado, claro está, para no entorpecer la atención del cliente durante la película. Así, por ejemplo, los platos son ideados para no utilizar cuchillos y para profundizar el sentido del gusto, ya que son probados en medio de la oscuridad, según explica a Perfil.com Martín Molteni, el chef encargado de la comida que ofrece el cine premium. Pero también está pensada la manera en que los mozos se deslizan en medio de la oscuridad y sirven los platos: lo hacen en una pequeña bandeja que se sujeta en uno de los apoya brazos.
Almuerzo, cena, merienda o unos simples nachos para picar con una copa de vino. Las opciones son tan variadas como los deseos de los clientes: parejas jóvenes, matrimonios de edad avanzada, papás con sus hijos... las edades y posibilidades también son amplias. “Descubrimos que funciona de igual modo tanto para parejas como para niños. Todos quieren conocer esta novedosa forma de ver cine”, asegura Laura Najlis, gerente de Marketing de cine Hoyts.
Los precios. Las entradas varían de acuerdo al día y el horario: la primera función de cualquier día cuesta $20; los miércoles, todas las funciones también tienen un valor de $20; los lunes, martes y jueves, luego de la primera función, cuesta $30; mientras que los viernes, sábados y domingos la entrada tiene un valor de $40.
Los menús, en tanto, varían según el pedido. Algunos ejemplos clásicos: 9 piezas de sushi con salsa de soja, wasabi y picle cuesta 59 pesos; un sándwich de pollo laminado con queso fontina y panceta ahumada vale 29 pesos; mientras que un plato principal con carnes como el pollo, el lomo o el salmón rosado varían entre los 41 y los 44 pesos. Un combo de entrada, plato principal, postre y café, más una copa de vino, tiene un valor de $85.
* Redactora de Perfil.com
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