El cabo Ariel Mendoza llegó a la reconstrucción vestido con el saco del uniforme –sin la insignia policial– y zapatillas. Pero antes de convertirse en el actor principal de la reconstrucción, permaneció en una camioneta blanca de Gendarmería Nacional. Hasta que le llegó el turno de revivir lo que pasó el miércoles 20 de julio en San Telmo, cuando un disparo de su pistola terminó con la vida de Ariel Domínguez.
El perímetro de seguridad que se montó ayer al mediodía abarcaba las cuatro esquinas de Humberto Primo y Paseo Colón. La Policía Científica de Gendarmería, peritos balísticos y la jueza María Gabriela Lanz supervisaron su testimonio y el de los testigos.
En su relato, Mendoza reprodujo la corrida en la que dice que el arma se le cayó al piso y se disparó sola provocándole la muerte a Domínguez. Lo hizo con la misma cartuchera en donde llevaba su Bersa Thunder calibre 9mm.
Lea más en la edición impresa del diario PERFIL.