La tentación es grande. A las expectativas de inflación en alza, un dólar quieto y tasas de depósitos a plazo fijo poco atractivas, se sumó el fervor futbolístico y los acuerdos de los bancos y las casas de electrodomésticos que lanzaron los fabulosos planes de 50 cuotas, que arrancan en $ 49,98 mensuales.
Lo que hace alucinar a quienes, a pesar de la inflación, disponen de algún excedente no se llama LSD, como la droga de los 70, pero suena parecido: LCD (liquid crystal display, pantalla de cristal líquido), que se consolida como la opción elegida por los hogares argentinos para ver el Mundial de Sudáfrica, que comienza en apenas 60 días.
Quienes deciden sumarse a la fiebre del LCD en minicuotas es que la inflación les licuará los pagos y, así, en plazos de hasta 50 meses –cuatro años y dos meses–, los $ 49,98 que les lleguen en el resumen de la tarjeta de crédito serán una cifra irrisoria y le habrán ganado a la suba de precios. De hecho, $ 50 ya hoy parecen “poca plata”: son cinco kilos de manzanas o dos kilos de asado. Pero esta línea argumental de consumo, según advirtieron los economistas consultados por PERFIL, aunque atractiva para los futboleros fánaticos que quieran renovar sus equipos, no necesariamente implica un triunfo sobre la inflación o una revancha financiera.
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