La organización social TECHO presentó el martes un plan con 10 propuestas para superar la problemática de los asentamientos del país, en el marco de su 11° Cena Anual, que se realizó en La Rural. El evento reunió a más de 600 personas, entre ellas, autoridades nacionales, gobernadores, intendentes, legisladores, empresarios, artistas, referentes sociales y periodistas.
Este 2018, TECHO cumplió 15 años de trabajo con los vecinos y vecinas de los barrios populares del país, y busca superar la situación de pobreza en la que viven. El objetivo de la cena fue concientizar sobre esa situación e impulsar soluciones concretas que involucren a los diferentes actores presentes.
En su discurso el director Ejecutivo de TECHO Argentina, Virgilio Gregorini, señaló: “Proponemos una serie de hitos necesarios para alcanzar un país donde los asentamientos se encuentren integrados. Creemos que tenemos una responsabilidad, a partir de la experiencia adquirida en estos años de trabajo codo a codo con referentes comunitarios y otras organizaciones, para dialogar y colaborar con los gobiernos, quienes deben brindar soluciones de fondo y sustentables.”
Entre los presentes estuvieron la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley; el Secretario de Vivienda de la Nación, Ivan Kerr; el Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, Santiago López Medrano; el presidente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, Juan Maquieyra; Gabriel Katopodis, intendente de San Martín; Nicolás Ducoté, intendente de Pilar; Eduardo Tassano, intendente de Corrientes; los diputados Victoria Donda, Juan Manuel López, Felipe Solá, Daniel Arroyo, Facundo Moyano y Marco Lavagna; el ex senador, Juan Manuel Abal Medina y el presidente del Banco Provincia, Juan Curuchet, entre otros.
Asistieron también Leandro ‘Chino’ Leunis, Candela Vetrano, Andrés Gil, Rosario Ortega, Juani Martinez, Inés Palombo, Sofía Zámolo y Emilia Attias.
La recaudación total del encuentro fue de $2.911.860, la cual será destinada a la construcción de 75 viviendas de emergencia, 4 salones comunitarios, 6 espacios para emprendedores, 7 cursos de oficios y 12 espacios de educación en los barrios populares.
Conocé las 10 propuestas que TECHO para trabajar por la situación de pobreza en los asentamientos
1) Política de Estado elaborada por una Mesa intersectorial de Hábitat. Donde se definan metas y lineamientos para los próximos 15 años, con consenso de todo el arco partidario. Deberán estar todos los actores sociales relevantes: organizaciones de base, organizaciones sociales, academia, periodistas, empresas y los tres poderes y niveles del Estado.
2) Plan de Cero Emergencia Habitacional. Queremos que nuestra vivienda no sea el TECHO, sino el “piso” habitacional de cualquier familia. Con el 15% del presupuesto de Vivienda de 2018 o el 3% durante cinco años ninguna persona en argentina vivirá en la tierra o con techos que se les lluevan. Mientras se piensa y acuerda el largo plazo, hay que ocuparse masivamente de las miles de familias en pleno siglo 21 que viven en extrema emergencia habitacional. La vivienda transitoria de TECHO demostró científicamente su impacto y mejora en comparación con la política pública actual de entrega de chapas o casillas más caras, precarias, y de la cual no hay impacto demostrado.
3) Regularización dominial de los asentamientos La Ley de Integración Sociourbana y de Regularización de Barrios Populares con media sanción recientemente por Diputados en el Congreso es un gran avance. Sin embargo, debemos lograr su adecuada implementación. Luego, hay que avanzar sobre otras situaciones de irregularidad en la tenencia.
4) Fondo histórico para urbanización de asentamientos. En 2017, solo el 7% de los asentamientos registrados en el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) recibieron inversión pública para su urbanización. Tenemos que aumentar enormemente la más redituable de las inversiones que la sociedad moderna conoce: agua, asfalto, cloacas y redes seguras de electricidad y gas. Para ello necesitamos una gran convicción y acuerdo político.
5) Incentivos para buenas prácticas municipales. Los municipios son clave para la variable fundamental del acceso al hábitat: la regulación del suelo. Debemos premiar a los municipios que estén haciendo las cosas bien en este eje (pocos) con mayor asignación presupuestaria nacional. Así lograremos que pronto sean muchos más para facilitar la urbanización necesaria y para cortar con la generación continua de informalidad.
6) Desarrollo productivo de la economía popular. Sin políticas orientadas a fomentar el desarrollo productivo de la economía popular (o informal) -quienes hacen “changas”, quienes tienen un quiosco en la puerta de su casa, los pequeños emprendimientos familiares-, la meta de superar la “pobreza dura” será imposible. Se trata de transferir capacidades productivas -no plata, tal vez sea más simple, pero insustentable en el largo plazo-. Es necesario transferir créditos, conectar redes de comercialización, instalar centros estatales de acopio en los municipios. En pocas palabras, la construcción de un puente que conecte a los/as más vulnerables con el mundo de la economía formal.
7) Involucramiento de habitantes de asentamientos en cargos públicos. No alcanza con que sean protagonistas de los procesos de urbanización de sus barrios. Necesitamos que el país en el que 1 de cada 10 personas vive en un asentamiento tenga mayor representación en cargos públicos. Queremos un Congreso y legislaturas donde los/as vecinos/as de los barrios populares sean legisladores.
8) Planificación territorial Nacional, Provincial y Municipal Todos los expertos y el sentido común concuerdan: no es posible un territorio justo, equitativo y democrático sin planificación territorial. Es necesaria a nivel Nacional, Provincial y Municipal. La asignación de fondos nacionales deben ir beneficiando a las provincias y municipios para que den pasos en este sentido.
9) Generación de oferta de suelo urbanizado accesible. La Planificación Territorial es condición necesaria pero no suficiente. Será también fundamental evitar la generación de nuevos asentamientos con un aumento considerable de la oferta de suelo urbanizado accesible y con preferente derecho a la ciudad. A la sociedad entera nos conviene que las familias más vulneradas vivan en zonas de la ciudad donde el acceso a los bienes públicos sea preferencial.
10) Reducción de la estigmatización y aumento de la solidaridad nacional.En 2018, aún 4 de cada 10 argentinos/as cree que las personas que viven en asentamientos lo hacen por elección propia. Hay que lograr reducir esta profunda barrera invisible de la “aporofobia”, a partir de masificar y popularizar las historias de lucha incansables de los millones de habitantes de los asentamientos. No es posible una sociedad equitativa y justa sin solidaridad. No es posible una sociedad solidaria si se estigmatiza y criminaliza a la pobreza.