En tiempos en los que los pedidos que se realizan por medio de cartas a los correos de lectores de los diarios tienen que ver con necesidades económicas, una conmovedora solicitud sorprendió la mañana del domingo en los medios de La Pampa.
"Quiero un papá para Emanuel y Martín. Alguien que les haga pasar un día lindo, alguien que quiera estar con ellos", rezaba la mensaje, que como respuesta obtuvo más de 60 llamados y 200 mensajes de texto, según consigna el diario Clarín.
El conmovedor pedido estaba firmado por Verónica Martín, una mujer de 30 años, madre de dos hijos, que vive en una casa de material y techo de chapas con sus dos hijos, Emanuel, de 9 años, y Martín, de 8, en un pueblo del norte de La Pampa llamado Miguel Cané.
Verónica se gana la vida vendiendo cosméticos y tiene, además, una huerta cuya producción luego comercializa. El padre de los chicos los abandonó cuando nació el más pequeño, y Verónica se tuvo que hacer cargo de la crianza de sus hijos sola.
Pero nada logró llenar el vacío de padre ausente, y Verónica se propuso buscar una solución al problema por medio de un claro pedido: un papá para sus chicos, aunque sea por un rato. El impulso llegó de la mano de Martín, que una mañana con la cara inundada de tristeza, se largó a llorar y confesó "Yo quiero tener un papá".
Y así, Verónica se animó y enumeró sus necesidades en la carta: Quiero " un papá que los abrace, los lleve al parque, que comparta un partido de fútbol, los haga reír, les diga "te quiero" cuando ellos estén tristes".
"Si sientes tu agudo grito de niño en tu corazón y quieres compartir un día con mis hijos no dejes de comunicarte. Tener un papá por un día es más feliz que no tenerlo", completó la mujer, que logró conmover a muchas personas.
Una carta, muchos padres. La respuesta llegó el mismo día de la publicación. Durante la mañana del domingo Verónica atendió dos o tres llamados. "Pero a la tarde empezaron a llamar, uno tras otro. Y a mandarme mensajes, hasta la noche". Sorprendida por una repercusión que no esperaba, tuvo que renovar la tarjeta porque se quedó sin crédito y habilitar otro celular.
Mientras los hombres la llamaron respondiendo básicamente el pedido con la oferta de llevar a los niños a dar una vuelta -a lo cual Verónica se opuso por miedo-, las mujeres que se contactaron con ella le contaron decenas de historias parecidas a la suya.
Tampoco faltó el malentendido, y varios se contactaron en busca de una relación sentimental o con el fin de ofrecer contención económica. "No quiero tener un pareja", aclaró Verónica, y tampoco el dinero.