Las mujeres cordobesas tienen más dudas que los hombres acerca de la fidelidad de sus cónyuges, aunque la mayoría de los consultados consideró que no es engañado por su pareja. Los datos fueron brindados a partir de una encuesta realizada tras el crimen más resonante del año: la muerte de Nora Dalmasso en un country de la localidad de Río Cuarto.
El relevamiento, con un tema que ahora está sobre el tapete en la capital cordobesa, estuvo a cargo de la Consultora Delfos. Así, el sondeo arrojó que el catorce por ciento de las mujeres casadas piensa que su marido le es infiel, en cambio sólo el 8 por ciento de los hombres tienen dudas sobre sus esposas.
El muestreo se realizó entre quinientas personas de diversos estratos sociales a raíz del resonante caso del crimen de Río Cuarto, que ha conmocionado a la sociedad cordobesa y puso sobre el tapete, entre otros temas, la infidelidad en la pareja.
“No es fácil disimular la infidelidad, la mujer es intuitiva y el hombre difícilmente disimula. Sin embargo, más allá de este preconcepto, en Córdoba nueve de cada diez personas creen en la fidelidad de su pareja”, indicaron fuentes de la consultora.
Si bien es un indicador alto, al momento de analizar los cruces por variables sociodemográficas se observa que “ellas desconfían más de ellos”, según surge del trabajo. Algunos investigadores consideran a “la infidelidad como algo natural de la genética masculina”, tomando como justificación el hecho de que las sociedades primitivas han sido mayoritariamente polígamas.
Más allá de esa teoría, las mayores dudas de femeninas encuentran sustento: al indagar a los hombres sobre una potencial infidelidad en caso de que su pareja nunca se entere, tres de cada diez contemplaron la posibilidad de cometerla.
En cambio, sólo una de cada diez mujeres manifestó que engañaría a su marido si supiera que él nunca lo sabrá. De acuerdo con el sondeo, “los problemas de confianza en la pareja son mayores a medida que se desciende en la escala social”.
En la clase alta y media el 91 por ciento cree en la fidelidad de su pareja, en la clase baja el índice de confianza cae al 89 y en los sectores marginales se ubica en el 86 por ciento. Sin embargo, cuando se indaga sobre la posibilidad de ser infiel los indicadores se invierten.
El mayor nivel de potencial infidelidad se da en los sectores alto y medio, donde el 28 por ciento de los consultados dijo que engañaría a su pareja si se dieran las condiciones para que ésta nunca se enterara, guarismo que desciende al veinte por ciento en la clase baja y al 17 en la marginal.
Al analizar los resultados según la edad de los entrevistados la consultora comprobó que “el nivel compromiso con la pareja es mayor a medida que se crece en edad”. El 29 por ciento de los jóvenes dijo que sería infiel, opción a la que adhirió el 26 de los adultos y desciende notoriamente entre las personas mayores de 50 años, de las cuales el 13 por ciento consideró que podría serlo.
La confianza en la pareja es mayor entre los adultos: el 92 por ciento cree en la fidelidad de su compañero, y menor entre los jóvenes, donde el índice de credibilidad es del 83 por ciento.