¿Cómo llego al estadio donde juega Argentina? ¿Cuánto cuesta el boleto de subte? ¿Hasta qué hora abren los restaurantes? Con el Mundial a poco más de un mes de distancia, cada vez más gente se anota para estudiar ruso: quienes viajan creen fundamental aprender el idioma para defenderse y, de paso, aprovechar mejor las horas entre partido y partido para hacer turismo.
Para que los lectores también puedan hacer sus propias prácticas, en las próximas semanas Perfil.com incorporará tutoriales guiados por la periodista y docente Diana Yunusova (ver aparte).
“A diferencia de otros lugares de Europa, en Rusia es difícil encontrar gente que hable en inglés en cualquier lado, y los carteles están en cirílico”, coinciden los docentes, por lo que los cursos suman cada vez más alumnos. Las opciones incluyen profesores nativos y grupos de edades variadas. Para Mariano Cordoni, vicedirector académico del Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la UBA –que tiene el ruso incorporado a su programa de idiomas desde hace diez años–, la demanda aumentó “en forma exponencial a partir de la clasificación de Argentina” para la Copa.
“Para tener una idea de dimensiones: el promedio de alumnos que tenemos siempre es de 100 a 150 alumnos por cuatrimestre –en inglés tenemos 8 mil–, pero en octubre del año pasado, el día después de que Argentina clasificó al Mundial, empezaron a llegarnos consultas y llamados para saber si teníamos cursos de ruso, evidentemente de gente que sabía que quería ir al Mundial. Y este cuatrimestre el curso se duplicó”, cuenta. La opción de una vez por semana, intensiva, cuesta $ 2.400 mensuales.
Más allá de los cursos tradicionales, de varios niveles, la opción exprés también gana adeptos. Yana Mishchenko es socia y docente en la Escuela de Ruso, que funciona en Congreso desde hace cinco años. Entre las opciones, más allá del programa tradicional, hay cursos divididos por temática –uno es turístico, e incluye charlas sobre las ciudades principales– y otros, de grupos reducidos, que se enfocan en situaciones comunicativas: el alfabeto, cómo leer los carteles en ruso, saber las letras, cómo reservar un hotel o ir a un restaurante, entre otras”, cuenta.
La característica de sus cursos “es que alumnos y profesores somos jóvenes, y nos llevamos amigos. Ayer hicimos un meet-up que repetimos una vez por mes, en un bar, al que puede venir quien quiera, sea alumno o no”, agrega Mishchenko.
En febrero de este año, en el Centro Ruso de Ciencia y Cultura en Argentina, también comenzaron los cursos cortos. Y entre quienes estudian hay periodistas, guías de turismo y otros profesionales que irán a trabajar al Mundial.
Consejos de experta para ‘sobrevivir’ en Moscú
Diana Yunusova nació en Siberia, Rusia, en 1987. Estudió filología y literatura rusa, con una especialización en periodismo. Trabajó como cronista para varios canales de televisión en Moscú y San Petersburgo. Pero su sueño era viajar por Sudamérica. Por eso, en 2014 se tomó seis meses y comenzó su recorrido, que inició en Cartagena, Colombia, y terminó en Buenos Aires.
En ese momento no imaginaba que su paso por nuestro país cambiaría su vida. Aquí conoció a un argentino, hoy su marido, y desde hace tres años vive en Buenos Aires. “Venir a la Argentina significó para mí una oportunidad de vivir nuevas experiencias; siempre me interesó trabajar en un país donde la prensa tiene más libertad”, asegura.
Según ella misma reconoce, en algunas cosas ya es una porteña más. “Me encanta la bondiola, es lo máximo. También tomo mate, aunque al principio me resultaba un poco rara esa bebida que todos compartían”, comenta.
En las próximas semanas se convertirá en #LaRusaDePerfil: en Perfil.com enseñará palabras básicas, y dará consejos y recomendaciones para que los argentinos futboleros que viajen para ver a la Selección puedan “sobrevivir” en Rusia.
