Una niña hija de una pareja de mujeres será bautizada mañana en la catedral de Córdoba, en el primer caso registrado en un templo católico de Argentina, y que tendrá como madrina a la presidenta Cristina Fernández. La niña es hija de Karina Villarroel, ex integrante de la Policía cordobesa, y Soledad Ortiz, quienes se casaron hace poco más de un año gracias a la ley de matrimonio igualitario.
La celebración del sacramento, autorizado por el arzobispado de Córdoba, será presidida este sábado a las 10 por el párroco de la catedral, sacerdote Carlos Varas. "Cristina aceptó ser la madrina íQué gesto enorme! Ojalá que venga a la ceremonia. Se nos cumplió un sueño", dijo a la prensa Villarroel.
E insistió: "Tiene que conocer a su ahijada. Tenemos la ilusión de que venga".
Fuentes gubernamentales confirmaron a la agencia DyN que la Presidenta será la madrina de bautismo, pero aclararon que no participará de la ceremonia religiosa. En su representación, viajará a Córdoba la edecana naval Claudia Fenocchio.
El gesto de la mandataria es el primero en la historia argentina, por fuera del decreto del séptimo hijo. La directora del área de Madrinazgo presidencial, Nancy Esteche, explicó que "este bautismo es el único caso por fuera del decreto de madrinazgo presidencial que autoriza la figura para todos los séptimos hijos varones y mujeres".
Por Francisco. El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, autorizó el oficio religioso tras sugerir "recomendaciones generales" para el caso y le pidió a Varas que le transmita a la pareja, constituida por dos mujeres, que tengan "especial atención" en la elección de los padrinos, a fin de que la niña "pueda crecer en la fe" católica. Asimismo, dijeron que Ñáñez dio al sacerdote indicaciones para tener presentes en el registro de bautismo, aunque sin dar detalles de cuáles fueron.
"Tuvimos una audiencia con monseñor Ñáñez y nos dijo que no había problema para que la beba sea bautizada en la catedral", dijo la pareja apenas trascendió la noticia.
En septiembre de 2012, el entonces arzobispo de Buenos Aires exigió a los sacerdotes de la región metropolitana que administren el sacramento del bautismo a todos los bebés.
