Los peritos también hablaron de la investigación, de la particular situación que vivió el acusado en los días previos a su detención y cuestionaron la prueba de cargo más fuerte: el cotejo de ADN.
“El –por Jorge Mangeri– entró a declarar como testigo y, si como denunció, sufrió apremios ilegales, evidentemente se le deben haber caído, si las tenía, todas las defensas psicológicas de golpe”, asegura a PERFIL Marcela Diodati.
“Hay piezas del rompecabezas que no encajan. La filmación de la autopsia está ausente. No está fichado dónde estuvo el cuerpo por tres horas”, destaca.
“No se investigó nada. Si estaba o no la mucama. No se determinaron muchas cosas. No está el lugar del hecho.El expediente es una gran contradicción. Hasta el ADN es cuestionable”, apunta Adolfo Méndez.