SOCIEDAD
el 85% de quienes los toman son mujeres

Dan cursos para vencer el miedo a manejar

Las “autoescuelas” comandadas por psicólogos ayudan a superar la amaxofobia, o pánico al volante. Muchos alumnos son mayores de 30 y ya tienen registro, pero no se animan a salir.

Enemigos. No sólo le temen al auto: también al tránsito, a los peatones y a los accidentes.
| Sergio Piemonte

Cada vez que Ana Souza (58) salía a la calle con su auto, empezaban los miedos: las esquinas, los demás conductores o los nervios por si llegaba a quedarse parada. Todo era un problema, por lo que decidió no usarlo más. “Salía a la calle y no sabía cómo plantarme; me faltaba seguridad”, recuerda.
Después de un curso en una autoescuela, Ana sacó el registro en 2013, pero recién un año después pudo animarse a manejar. En el medio, asistió a un curso especializado para perderle el miedo al volante, que, según reconoce, fue un antes y un después. “Ahora ya hago viajes, subo a la autopista y me encanta”, cuenta.
Es que con registro de conducir en mano y un auto listo para usar, son muchos los que no se atreven a salir a la calle. Se trata de la amaxofobia –miedo irracional a manejar un vehículo–, que según las cifras de la fundación española Mapfre afecta en ese país a un tercio de los que tienen carnet de conducir. En Argentina, son cada vez más quienes asisten a cursos especiales para dominar los miedos, comandados por psicólogos o instructores de manejo. Y, según los instructores, el 85% son mujeres.

El psicólogo Omar Alzugaray trabajaba en consultorio hasta que abrió Animate a Manejar, un programa donde enseña a los clientes a perderle el miedo al auto. “La mayoría tuvo un aprendizaje malo o tardío. A los que aprendieron de grandes les pesa la responsabilidad de llevar a los hijos en el auto. Y en las mujeres, lo común es que aprendan con un marido que no les sabe enseñar”, explica. El curso consiste en la exposición real a los temores, con sesiones de 50 minutos en el auto del cliente, con registro propio y sin dobles comandos.
Uno de los miedos más comunes es a “la mirada del otro”, que puede llevar a equivocarse o recibir insultos en la calle. Pero también los traumas por accidentes en el pasado. Ese es el caso de Alejandro López (50), quien nunca manejó porque su madre había presenciado un accidente y le inculcó el miedo. “Ella hizo todo lo posible para que no aprendiera”, cuenta. “De ahí en más fui poniendo excusas y, como no tuve la necesidad, en mi familia nos manejamos con taxi o remís. La verdad es que me da miedo lo mal que se maneja en la ciudad”, admite.
En la escuela de conductores Vilma Azcurra, el 85% de las clientas son mujeres, quienes manifiestan más miedo a la hora de manejar. “A la mujer le cuesta más verse agresiva y al varón le pasa todo lo contrario: teme que se le ‘suelte la cadena’ a la hora de lidiar con una situación problemática”, asegura Azcurra. Taquicardia, ansiedad o sudoración son algunos de los síntomas que sufren varios de los que se ubican en el asiento del conductor. Eso le ocurrió a Carina Encabo (41) hasta que superó su fobia: “Cada vez que me sentaba al volante no podía respirar. Pero lo logré”, cuenta.

 

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Mal de muchos

Si bien la amaxofobia es un trastorno que siempre se llevó en silencio, la proliferación de cursos en los últimos años le dio más visibilidad. Así, la Fundación Mapfre elaboró en 2011 un estudio a fondo en España: el 33% de la población con licencia de conducir tiene miedo de salir a la calle en ciertas circunstancias, y el 6% sufre “amaxofobia incapacitante”, que le impide ponerse al volante. De esa cifra, el 64% son mujeres. Hay hasta comunidades en Facebook que comparten experiencias.
En Argentina, quienes asisten a talleres para perder el miedo rondan los 30 y 40 años, y ocho de cada diez son mujeres. Aunque dicen que no hay un tiempo fijo para superar los temores, los instructores calculan que alrededor de los diez encuentros una persona con poca experiencia se anima a sus primeras salidas.