La huella de Norman Foster llegó a Parque Patricios. El miércoles, el reconocido arquitecto británico estuvo en la inauguración de la nueva sede del gobierno porteño, una obra de su autoría. Acompañado de su mujer y su hija, Foster aprovechó su breve estadía para recorrer la ciudad.
Llegó el martes en un avión privado, y por la noche fue agasajado con una cena en la embajada de Gran Bretaña. Luego fue a Puerto Madero a presenciar un show de tango en el Faena Hotel Universe, invitado por su amigo Alan Faena, para quien también realizó las obras del complejo residencial El Aleph. “La calidad no está en cuánto se gasta para construir un edificio, sino en cuán inteligente seas a la hora de hacerlo”, sostuvo el arquitecto ante la consulta de PERFIL sobre cómo fue para él abordar proyectos en barrios porteños tan distintos como son Puerto Madero y Parque Patricios.
El miércoles, tras compartir escenario con Mauricio Macri, saludó por igual a funcionarios y personalidades que iban desde Marcelo Tinelli al ex presidente Fernando de la Rúa, y estudiantes de arquitectura que buscaron una foto con él. Porque su nombre es una referencia en el mundo, con más de 400 premios en su haber (el Protzker en 1999, es el más emblemático), y grandes obras que van desde puentes hasta aeropuertos y estadios.
“Hay una sensación de orgullo respecto a este edificio, y eso se nota en los comentarios de los vecinos”, dice Foster sobre la sede de Parque Patricios. Moderno y sustentable –tiene el mejor estándar ambiental entre los edificios públicos de Latinoamérica–, su fisonomía de hormigón llama la atención por el contraste con el resto del barrio. “Diseñamos un concepto sustentable, adaptado al clima de Buenos Aires, con mucha luz natural, fachada transparente sobre el parque y una cubierta que vuela sobre el norte que no permite que entre el calor”, agrega Juan Frigerio, su socio en Buenos Aires, quien lo acompañó en su estadía. El edificio tiene tres plantas de oficinas, con capacidad para 1.200 empleados. La clave, remarca Foster, son sus espacios abiertos sin ningún tipo de decoración, que buscan reflejar “transparencia”.
Pasado el mediodía, fue a conocer la Usina del Arte en el barrio de La Boca. “Quedó maravillado”, confiaron desde el entorno del ministro Hernán Lombardi, quien lo acompañó. Y por la tarde visitó el Malba, de cuyo proyecto fue jurado en los 90, donde lo esperaban Eduardo Costantini y el director artístico del museo, Agustín Pérez Rubio, quienes le hicieron un recorrido por el lugar y las distintas colecciones.
En el mundo. Entre sus obras más reconocidas se cuentan el Edificio 30 St Mary Axe, el segundo más alto de Londres, el aeropuerto de Hong Kong, y el metro de Bilbao, una obra que el propio Foster compara con el edificio de Parque Patricios, por el impacto en la zona. “Cuando hicimos el metro trajo al lugar una sensación de orgullo cívico, y este edificio tiene esos mismos valores”, sostiene. Y agrega que “invertir en infraestructura es invertir en las generaciones futuras”.