“Nunca tuve miedo”, dice con seguridad Débora Hambo, pese a que varios hombres considerados peligrosos la visitan de forma frecuente en su estudio de Puerto Madero. Desde 2006, Hambo es la representante legal de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), una organización que reúne a las barras bravas del fútbol argentino. La abogada, que le hace juicio a la FIFA y a Sudáfrica por el trato a sus clientes en el último Mundial, piensa un poco y se retracta: “Bueno, sí tuve miedo cuando fui amenazada por Javier Cantero, el presidente de Independiente, en 2012. Estuve veinte días con custodia de Gendarmería”.
Hace poco, comenzó a defender a Francisco Muñoz, alias “Pancho Malo”, líder de la barrabrava de Colo Colo de Chile.
Sin embargo, Hambo quiere dejar claro que entre sus clientes también hay empresarios y que abrió su estudio en diciembre de 2003, antes de representar a los barras. “Tengo clientes de todo tipo, atendemos todos los fueros. Hinchadas Unidas Argentinas representa el 10% de mi trabajo, ahora tenemos más por el Mundial”, dice.
Además, Hambo publicó el libro Responsabilidad por la divulgacion de informaciones inexactas. Invasiones a la privacidad, donde vierte su experiencia y opiniones sobre las coberturas mediáticas. “Tomo principalmente el caso de Candela Rodríguez y de Jazmín de Grazia. De ellas se dijo de todo y los muertos no se pueden defender”. Por esa razón, la abogada siempre responde a la prensa. “Es necesario escuchar las dos campanas”. No lo admite, pero sabe que su trabajo junto a los barras despierta polémica.