Luego de las típicas noches de verano en la Costa, donde los jóvenes salen a bailar, consumen alcohol en exceso y a veces drogas, la velada termina al amanecer, en el centro. En Villa Gesell, tanto aquellos que se pasan la velada al ritmo del rock and roll, como quienes cerca de la ruta disfrutan de las fiestas electrónicas, coinciden en la peatonal, y allí comienzan los problemas.
Según denuncian los dueños de los balnearios, casi todas las mañanas hay peleas a golpe de puño, agresiones de jóvenes que deben ahuyentar por dejar tiradas botellas y preservativos en la arena y parejas de chicos que pretenden pasar la noche en alguna carpa.
Entre los graves hechos que figuran entre los disturbios mañaneros, se encuentra el del joven de 20 años que el martes pasado mató a golpes al sereno de un balneario que quiso despertarlo mientras dormía en las instalaciones del lugar.
"A la mañana hay chicos tirados por la calle, en la playa, borrachos, drogados. Los carperos los encuentran teniendo sexo detrás de las carpas", dijo Alicia Pérez, encargada del parador Ami, según informa hoy el diario Clarín.
"Algunos se quedan durmiendo hasta el mediodía y conviven con las familias que llegan a tomar sol. Por eso y porque no se puede dormir por los ruidos, la gente grande está dejando de venir o se va a las playas del sur", agregó.
Según María del Carmen Iribarren, dueña del balneario Horizonte, los chicos "llegan de madrugada borrachos, se meten al mar desnudos y después se quieren acostar a dormir en las reposera”.
La noche de la ciudad costera se modificó en los últimos años. El último jueves, durante una fiesta, la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas detuvo a cuatro jóvenes de entre 18 y 27 años que estaban vendiendo drogas.