José Víctor Gutiérrez es un presunto narcotraficante que operaba en la zona oeste del Conurbano bonaerense. Un hombre que estaba en permanente contacto con distintos miembros de la Policía Bonaerense. Según fuentes judiciales, entraba como un empleado más a la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro y hasta llegó a participar en distintos operativos antidroga.
Gutiérrez, alias “Primo”, fue detenido el 18 de febrero pasado acusado de ser el proveedor de distintas bandas que principalmente operaban en la zona de San Martín y Tres de Febrero. Sería uno de los principales nexos con los cinco policías –entre ellos el comisario mayor José Luis Santiso, ex jefe de la Departamental de San Martín– quienes fueron detenidos esta semana acusados de liberar zonas y proteger a narcotraficantes a cambio de una suma fija de dinero. De hecho, un peritaje realizado a su teléfono celular permitió establecer que al menos trece policías figuraban en su agenda telefónica.
Fuentes judiciales indicaron que “Primo” tenía entre sus contactos al oficial principal Gabriel Cabral, el único policía imputado que se encuentra prófugo. Además, destacaron que mantenía una relación muy cercana con él: solía moverse en su auto, un Citroën C3 Air Cross.
El escándalo de los “narcopolicías” estalló el miércoles pasado cuando se conoció que entre los detenidos estaba el ex jefe de la Departamental de San Martín, el comisario mayor José Luis Santiso.
En la causa la jueza federal de San Martín Alicia Vence señala que “Gutiérrez, mediante la calidad simulada de personal policial, se encargaba de obtener estupefacientes mediante procedimientos espurios y de eliminar la competencia haciendo las veces de informante”.
Recaudando. El avance de la investigación dejó al descubierto el aparato recaudador de este grupo de policías. Se sospecha que los efectivos involucrados se llevaban al menos $ 160 mil por mes. De la maniobra participaban efectivos de cuatro reparticiones que aparentemente respondían a Santiso.
En base a las pruebas recolectadas por la Dirección de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y la División de Asuntos Internos de la Policía de Buenos Aires, la jueza Vence ordenó la detención de seis policias en actividad.
Además de Santiso fueron apresados los tenientes Carlos César Aguirre y Mario Maruri, el oficial Ezequiel Mautouchet y el subteniente José Cano. En tanto, se informó que hasta el cierre de esta edición permanecía prófugo el oficial principal Gabriel Cabral.
Los uniformados están acusados de “cobrar un canon” para que una banda narco pudiera operar en la zona con libertad. “En algunos casos el pago era semanal y en otros mensual”, explicó una fuente.
En rigor, se sospecha que los narcos les pagaban $ 60 mil mensuales a un representante de la Dirección de Drogas de San Martín, veinte mil al Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de San Martín, diez mil a la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) y sesenta mil a la Comisaría de José León Suárez.
“Se estableció que personal policial de Buenos Aires de diferentes reparticiones con funciones en la localidad de José León Suárez y sus alrededores habrían brindado protección a las organizaciones que comercializaban allí estupefacientes, exigiéndole dinero a cambio y facilitándole a su vez drogas obtenidas a través de procedimientos en los que se incautaba droga, ya sea con o sin intervención de la autoridad judicial competente”, detalló la jueza Vence.
Uno de los presuntos recaudadores sería el oficial Daniel Gil, ex numerario de la comisaría de José León Suárez y detenido en el marco de otra causa, quien recibía periódicamente cinco mil pesos por semana. En las escuchas advirtieron que los narcos llamaban “La casita” a la División de Narcotráfico de San Martín, donde varios de sus miembros pagaban un monto fijo a cambio de protección e información.
“Yo voy a arreglar con la Brigada”
Una serie de escuchas telefónicas que figuran en la causa comprometen a José Luis Santiso, el ex titular de la Jefatura Departamental de San Martín. En una de ellas habla con otro efectivo sobre el cobro a un grupo de remiseros de la zona.
La comunicación fue realizada el 4 de diciembre del año pasado. “Tengo los chicos de acá del barrio, viste los chicos que trabajan, con los remiseros que entran al barrio que van y vienen, van y vienen... ellos todos los años a mí me ayudan en la política, en los remises todo eso... Y viste como se vienen las fiestas están apretando mucho. Apareció una brigada de Caseros que quiere diez pesos por auto dice, son pibes que ganan monedas viste”, le explicó Carlos Rolón, un ex policía que fue detenido meses antes en el marco de otra investigación.
“Decile que te digan quién es el que les va a pedir y avisame. Y olvidate. Dejá que ya me ocupo yo, decile que cualquier cosa que me llamen a mí y que me vengan a ver”, le respondió Santiso, y enseguida agregó: “Olvidate que te lo arreglo. Decile que quien vaya, cualquier cosa que me llame que yo voy a arreglar con los de la Brigada, y dejá que yo lo hablo ahora. Quedate tranquilo”.