SOCIEDAD
Ya se quemaron ms de 40 mil hectreas

Desesperante situación en las sierras cordobesas

Mientras los habitantes ruegan por una lluvia que termine con el incendio, los bomberos luchan contra las llamas. Las imágenes.

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| Tlam

El fuego no cesa en Córdoba y, además de la labor de los bomberos para combatir las llamas que se desplazan con el viento, los habitantes de la zona ruegan por una ayuda climática que colabore para sofocar el incendio. Y mientras la lluvia se hace esperar, el fuego continúa activo en la zona norte del Valle de Punilla, en cercanías a Capilla del Monte, Ongamira, Los Terrones, Cerro Pajarillo y Quebrada de la Luna, mientras el foco más voraz se acerca al cerro Uritorco.

Javier Sosa, asesor del Ministerio de Gobierno de Córdoba, precisó que se registra "un solo frente en Los Terrones y el cerro Los Pajarillos, de 7 kilómetros. En el lugar hay vientos de entre 25 y 30 kilómetros por hora". "Es una zona de muy difícil acceso y la situación se agrava porque no hay pronóstico de lluvia para hoy, aunque sí se prevé la baja de la temperatura", comentó, según informó Cadena 3.

450 bomberos integrarán el operativo para combatir las llamas, y se pondrán a disposición seis aviones hidrantes, entre ellos uno aportado por la Nación, un avión vigía y dos helicópteros. A causa del intenso humo que inunda la zona, fueron evacuadas 24 personas durante las últimas horas de un complejo de cabañas ubicado en el camino a Ongamira.

Durante la jornada de ayer, Romina Picolotti, la secretaria de Ambiente de la Nación, sobrevoló la zona del desastre junto al gobernador provincial, Juan Schiaretti. Según la estimación oficial, se quemaron alrededor de "40 mil hectáreas". "Estamos rezando para que llueva porque la magnitud de este frente es muy grande, son más de 20 kilómetros y sin duda está afectado miles y miles de hectáreas", dijo Schiaretti.

Daños irreparables. Si bien las consecuencias del incendio en Córdoba son aun incalculables, ya se vislumbras algunas de las zonas y espacios turísticos más afectados. En La Cumbre, la reserva de monos carayá se quemó en un 80 por ciento. Los más de 100 animales que habitaban el espacio fueron rescatados y puestos a salvo por la ONG que se encarga del sitio.

Uno de los lugares que fue salvado de desaparecer a causa del incendio fue la Estancia jesuítica de Santa Catalina, una construcción realizada en 1622 y declarada en el 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. No corrió la misma suerte la zona de Ascochinga, en donde sólo quedaron cenizas.

Gracias a la colaboración de los vecinos y de dos bomberos voluntarios, el molino y la capilla de Candonga, ubicado en el centro de las Sierras Chicas, fueron rescatados de las llamas a fuerza de baldazos de agua.