No hay dos padres iguales, como tampoco son iguales los hijos. Del "tal palo, tal astilla" al "no sigas mi camino", la paternidad es una relación prácticamente única en cada caso. Sin embargo, hay algo invariable, cierta herencia que se transmite a lo largo de las generaciones. "¿Vos hubieras preferido que yo sea un abogado militante de la Juventud Radical?", le pregunta el cineasta Nicolás Gil Lavedra a su padre, el histórico dirigente de la UCR, Ricardo Gil Lavedra, en el encuentro que ambos mantuvieron con Perfil.com con motivo del día del padre. Su padre sonríe.
La historia del magistrado que integró el tribunal que condenó a las Juntas Militares, pegó de lleno en la vida de su cuarto hijo. Nicolás nació en diciembre de 1983, mientras la historia política argentina estaba en plena ebullición.
Nicolás terminó la secundaria y supo que no sería un jurista, y mucho menos legislador. Para eso está su padre.
"Le dije que quería dedicarme al cine, pero al principio no me notó muy seguro. Entonces metió fichas para que estudie Derecho", contó el director de las películas Verdades Verdaderas e Identidad Perdida a Perfil.com. "Al principio accedí, empecé a estudiar Abogacía a la mañana, trabajaba a la tarde y a la noche empecé un terciario de Cinematografía", continuó.
La obediencia duró poco. "Me pudrí, no era lo que me gustaba", cuenta Nicolás. "A los 21 ya empecé a trabajar en el guión de la película, aunque laburé hasta los 25 en la Corte Suprema", relató el cineasta, que en 2011 llevó a la pantalla grande la película que narra la vida de Estela de Carlotto.
Perfil.com: ¿Cuánto de tu papá hay en Verdades Verdaderas?
Nicolás: Creo que mucho. Elegí ese tema porque era un poco lo que se respiraba en mi casa. Mi mamá, asistente social que había formado parte de las primeras restituciones de los nietos desde Tribunales; y mi papá, que en las clases de Cívica lo trataban como un prócer por haber estado en el Juicio a las Juntas. Hacer cine siempre es hablar un poco de uno, y me parece que era más que cantado que iba a tratar este tipo de temas.
Para hablar de la película de su hijo, frente a cámara, el diputado Gil Lavedra se muestra como un analista objetivo. "Es un muy buen relato que va a trascender la coyuntura política por mantenerse fiel a lo que fueron los hechos", opina.
Lo que aquel exconjuez de la Corte Suprema no cuenta es que, luego de ver la película de su hijo menor, rompió en llanto. "Me abrazó, no me podía soltar. Se puso a llorar y no paraba. Estaba más emocionado que yo", confesó Nicolás.
Ricardo: Es una muy buena película, hay un producto muy digno en un tema dificilísimo. Luego, sinceramente, yo estaba con miedo. Porque era una tarea de alto riesgo filmar la historia de Estela de Carlotto, en vida, en un contexto de alta politización. Creo que él supo sortearlo e hizo una película muy equilibrada. Es la historia de una mujer y no se sale de eso.
N.: Yo aca disiento un poquito, la película es sumamente política, pero no es partidaria.
R.: Claro, bueno, está lejos de los dos polos, estamos diciendo lo mismo.
Para Ricardo Gil Lavedra, “el hecho de que el destino me pusiera en el tribunal que juzgó a la Junta Militar hizo que yo me comprometa mucho con el tema, pero no es que fui toda la vida un militante de las violaciones masivas a los derechos humanos”. En paralelo, su hijo se siente "absolutamente identificado" con "la causa" de la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo. A la hora de hablar sobre el tema, surgen diferencias.
R.: Voy a expresar mi opinión con toda franqueza. Yo no estoy de acuerdo con la utilización política de los Derechos Humanos, que son universales y pertenecen a todos. Lo que hemos logrado en esta materia, es de todos, lo logramos todos, el mismo pueblo que exigía esto cuando se recuperó la democracia. Hay que reconocerle al kirchnerismo todos los avances que hicieron en la materia, pero a partir de eso han querido apropiarse del tema. Yo no estoy de acuerdo con que en cada acto político estén las Madres y las Abuelas, no estoy de acuerdo.
Perfil.com: Nicolás, ¿coincidís?
N.: Yo siento que acompañan por una cuestión también de afecto, de amor, de todo lo que se les dio. Es uno de los primeros gobiernos que no sólo ayudaron, sino que también pudieron encontrar más nietos gracias a todo lo que el gobierno les facilitó, por ejemplo, que se puedan cambiar el nombre recién lo obtuvieron después de 2003. Yo, sinceramente, después de todo lo que sufrieron, llega esto, yo no puedo juzgar si van o no a un acto.
R.: Pide excusarse.
N.: Es algo que me da lo mismo. Lo importante es que las autoridades de los tres poderes sigan ayudando a que aparezcan más nietos y se haga justicia. A esta altura, que sigan faltando nietos, que no haya justicia, es un poco un chiste.
Perfil.com: Cuando Ricardo llega de la Cámara de Diputados, ¿hay discusiones familiares sobre su actuación política?
R.: Sí, hay muchas discusiones, ellos no tienen que estar de acuerdo con todo. Tienen sus propias ideas y las discutimos, como toda familia. Yo también le discuto a él cuando los guiones son medios chotos. Pero, por suerte, me vota.
N.: Bueno, eso decimos... Después hay que ver en el cuarto oscuro.
Perfil.com: Nicolás, ¿sos votante de la UCR?
N.: No, siempre voto a conciencia y según el momento. Fuera de broma, a él lo voto siempre porque confío en él, pero he cortado boleta.
Perfil.com: Tu papá dice que hubo una reescritura de “ciertos términos” que efectuó el kirchnerismo para “apropiarse de la bandera” de los Derechos Humanos. ¿Llevarías al cine la historia del Juicio a las Juntas para rescatar el hecho?
N.: Si a la gente se le dice que a los militares nunca se los juzgó y que nunca se hizo nada y ahora se hace todo, sería subestimar un poco la capacidad de las personas. Yo no creo que eso sea así. La película sobre el Juicio a las Juntas la haría, pero no para rescatar el hecho porque creo que el Juicio a las Juntas se rescata solo.
R.: Yo actuaría con peluca eh...
Perfil.com: ¿Se ve actuando?
R.: Sí, como que no. Me veo dirigiendo, dirigiendo teatro.
N.: Bueno, podríamos hacer un cambio de roles. (A su papá) vos serías el director Gil Lavedra y yo puedo ser jefe de bloque de algún grupo.
Si bien su hijo no eligió la Abogacía, ni el camino de un funcionario público, "las películas que hace son una forma de hacer política, claramente", afirma Ricardo. Y ante la pregunta de Nicolás, sobre qué hubiera preferido sobre su futuro, su padre olvida que alguna vez "metió fichas" y contesta: "Como padre quiero que hagan lo que les gusta". "Si hacen lo que les gusta son felices y si ellos son felices yo soy feliz", confía.