Desde Salta
En el Pabellón R de la cárcel de Villa Las Rosas, en la ciudad de Salta, un sector de máxima seguridad y alejado del resto de la población, hasta hace unas semanas estaban alojados dos de los peores asesinos de la historia de la provincia: Marcelo Torrico y Gustavo Lasi. Al primero de ellos, a mediados del mes pasado, le secuestraron de su celda un celular de alta gama con 87 fotos y otras pruebas, entre las cuales increíblemente encontraron selfies junto a Lasi, vestidos de guardiacárceles.
De esta manera, una vez más quedó en evidencia que Torrico goza de privilegios y complicidad de quienes lo custodian, como ya ocurrió en la fuga que protagonizó en 2006. Y Lasi también.
Para los salteños, el nombre de Torrico es sinónimo de rechazo, dolor y una herida que todavía no cierra. Y no es para menos. Hace 17 años secuestró, violó y mató a los hermanitos Melani, Octavio Leguina, de apenas 9 y 6 años respectivamente, por una supuesta venganza contra el padre de los niños. Tiempo después del aberrante hecho, cuando fue arrestado, no sólo se atribuyó el doble crimen, sino que además contó con lujo de detalles como ultrajó a los menores. Su relato causó tanta repugnancia que hasta su propia abogada se desvaneció al escucharlo.
En 2005, mientras todos festejaban la despedida del año, se escapó con la complicidad de 15 guardiacárceles, aunque fue recapturado en Buenos Aires seis meses más tarde, cuando –según dicen– un grupo de narcos lo buscaba para asesinarlo.
Lasi, por su parte, es el confeso asesino de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, también violadas y ejecutadas, en julio de 2011, y es el único condenado por el doble crimen, a 30 años de prisión.
Tras su arresto, el ex empleado del Ministerio de Medio Ambiente provincial señaló como cómplices a Daniel Vilte y Santos Clemente Vera, dos baqueanos de la zona. Los tres fueron llevados a juicio, pero estos últimos resultaron absueltos por no hallar pruebas en su contra.
En el norte se sospecha que Lasi oculta la verdadera historia, que incluiría a funcionarios, y su silencio le da la misma impunidad que tiene Torrico, aunque esté tras las rejas.
Mensajes, llamadas y fotos. PERFIL accedió, en exclusiva, al informe elaborado por el Departamento de Inteligencia del Servicio Penitenciario de Salta, donde se detalla el secuestro del celular de Torrico, durante la tarde del miércoles 18 de noviembre pasado. Cabe aclarar que está prohibido el uso de telefonía celular en una unidad penitenciaria, así como también cámaras de fotos u otros aparatos tecnológicos.
“A las 19.50, la División Requisa le secuestró un teléfono celular al interno Torrico, Marcelo (…), se pudo rescatar imágenes de Torrico y Lasi vistiendo prendas del uniforme penitenciario, como así también tomas fotográficas de personal de la institución transgrediendo normas de conducta plenamente tipificadas”.
“Del aparato se pudo obtener los siguientes resultados del celular marca Samsung Galaxy Grand2, modelo SM-G710: 4.334 mensajes enviados y 3.256 recibidos, 715 llamadas de whatsapp salientes y 23 entrantes”. A su vez, indicaron que “del peritaje, surge una carpeta con la denominación ‘SPPS Corrupción’ con las 87 fotos”.
Según el informe, además de las imágenes en que los asesinos aparecen vestidos de guardiacáceles, “existen tomas fotográficas del personal penitenciario que cumplía funciones de celador en el Pabellón R, donde se encuentran alojados ambos internos y en dichas imágenes los mismos se encuentran sentados durmiendo”. También “existen fotos del personal en actividad y retirados, que supuestamente pudieran haber sido extraídas de una red social. Ya que en las mismas aparecen con uniforme y de civil”.
Los integrantes del Departamento de Inteligencia creen que Torrico guardaba esas fotos para extorsionar o amenazar a los guardias con el objetivo de concretar una nueva fuga. Por lo pronto, tanto Lasi como Torrico fueron trasladados al Pabellón M, donde continúan juntos.
Con respecto a las imágenes, desde el penal salteño indicaron a PERFIL que “las fotos secuestradas del teléfono celular están guardadas bajo cuatro llaves y ya fueron entregadas al Ministerio Público para que se proceda a una investigación y a la apertura de una causa”.
En el documento también queda acreditado el tipo de vestimenta que los internos tenían del uniforme del Servicio Penitenciario cuando se tomaron las fotografías: “Lasi vestía rompeviento, tricota (chaqueta), quepi (gorro), distintivos y capa”.
“Las fotos son muy comprometedoras. Además está el registro de las llamadas entrantes y salientes del celular de Torrico desde el penal”, dijeron fuentes oficiales a PERFIL.