Agencias
Horacio Azcárate tendría que haber estado preso el miércoles pasado cuando encabezó el raid delictivo en el que murió Franco Torres, el nene de 13 años que viajaba en auto con su papá por la localidad bonaerense de Rafael Castillo. Hacía dos años que se
había fugado de los Tribunales de San Isidro. Según fuentes policiales, Azcárate, de 32 años, estuvo preso por intento de robo, privación ilegal de la libertad y robo calificado.
Los voceros dijeron que su situación respecto del último hecho que presuntamente protagonizó “es complicada”. Ayer fue reconocido en rueda de presos por Juan Carlos Irazábal, el ex policía y dueño de la compañía de seguros
que fue asaltada momentos antes del homicidio del adolescente.
Azcárate fue detenido el jueves pasado a la noche cuando se encontraba a bordo de un colectivo de la línea 620, en el kilómetro 29 de la Ruta 3, en jurisdicción de la localidad de Gregorio de
Laferrere.
El sospechoso era seguido por personal de la Jefatura Departamental La Matanza porque aparentemente su aspecto físico coincidía con el de uno de los miembros de la banda.
En tanto, los investigadores continuaban ayer con la búsqueda del resto de los miembros de la banda, sobre los que ya tienen algunos datos.
El caso en el que murió Franco ocurrió el miércoles pasado a las 20, en la esquina de Comandante Granville y Albarracín, del barrio Los Pinos, de Rafael Castillo, partido de La Matanza, por donde la víctima pasaba con su padre en dirección al club “12 de Octubre”, de Isidro Casanova, en el que jugaba al fútbol.
Todo comenzó poco antes, cuando cuatro asaltantes armados ingresaron a robar a la compañía Irazábal Seguros, sorprendieron al dueño del comercio y a su empleada y les robaron 160 mil pesos y otros elementos valiosos, tras lo cual salieron y subieron nuevamente al vehículo en el que habían llegado, en el que transitaron unos 200 metros para regresar en dirección a la compañía de seguros.
Al cruzarse con la Chevrolet Meriva de la familia Torres, los asaltantes creyeron que se trataba de Irazábal, quien tenía una camioneta de iguales características, que había salido a perseguirlos, y uno de ellos extrajo su arma calibre .45, con la que disparó al cráneo del chico de 13 años.
Franco murió en el acto, mientras el productor de seguros subió a su Meriva, los persiguió durante unas 15 cuadras e incluso los embistió en un par de oportunidades, aunque los ladrones finalmente escaparon y dejaron abandonado el C4 en el que se trasladaban.
A raíz del crimen, el jueves pasado a la tarde un grupo de jóvenes incendió dos patrulleros y provocó destrozos en la comisaría del barrio Los Pinos en reclamo de Justicia.