El multimillonario ruso Roman Abramovich quiere cumplir el sueño de la casa propia como cualquier hijo de vecino. La diferencia es que la suya será una mansión londinense que está remodelando por completo y le costará 295 millones de dólares (150 millones de libras inglesas). O sea, la vivienda más cara del Reino Unido, informó el diario Daily Telegraph.
Todo comenzó a fines de los '90, cuando dos casas adyacentes del barrio de Knightsbridge fueron divididas en nueve departamentos. El magnate ruso compró uno de ellos y fue adquiriendo el resto a medida que salieron al mercado por un total de casi 40 millones de dólares. Hasta que en septiembre pasado obtuvo la propiedad vitalicia por otros cuatro millones.
Ahora Abramovich se dedicará a remodelarla y, por supuesto, no ahorrará en gastos: la casa tendrá sala de cine, pileta de natación cubierta y sauna, distribuídos en ocho pisos, tres de ellos subterráneos. Si bien quiere mantener el frente, el ruso redecorará todo el interior con un cargado estilo victoriano: "no va a ser minimalista, quiere mucho plush, alfombras gruesas, cortinas pesadas", aseguró una fuente cercana al empresario.
El capricho tiene sus fundamentos: el dueño del Chelsea amasó una fortuna calculada en 23 mil millones de dólares en la industria del acero y el petróleo, pero no le alcanzó para ser el hombre más rico del año en Inglaterra. El título tampocolo tiene un británico, sino el indio Lakshmi Mittal con 54 mil millones y una casa de valuada en 132 millones, que era la más cara del país hasta el ambicioso proyecto de Abramovich.
Así se confirma la tendencia que ubica a Londres como la ciudad más cara y la capital inmobiliaria del mundo, tras desplazar a Mónaco del primer puesto. El metro cuadrado en las zonas exclusivas puede alcanzar los 37 mil euros (57,6 mil dólares) y la poca disponibilidad en oferta ayuda a mantener esos valores.