Mientras el sábado pasado la detención del dirigente agrario Alfredo De Angeli generaba reacciones adversas en todo el país -con cacerolazos y protestas en la capital y varios puntos del interior-, en la localidad bonaerense de Trenque Lauquen un grupo de vecinos se reunía frente a la puerta de la casa del intendente, Jorge Barrachia, para protestar por su apoyo a la política de retenciones móviles aplicada por el Gobierno.
Pero lo que había comenzado como una manifestación común y corriente, terminó convertida en un episodio bastante bizarro cuando el jefe comunal, irritado por la situación, no encontró mejor manera de disipar a la multitud que disparando un tiro al aire.
Tras el episodio, el jefe comunal intentó explicar lo sucedido a los medios locales: "Yo que sé si no me van a quemar la casa", le dijo al diario La Opinión. "Los argentinos estamos todos locos, si tienen problemas con las retenciones o si no les alcanza la plata no sé, pero que no se metan en mi casa", expresó.
Pese a que se corrieron rumores de que Barrachia estaría pensando en renunciar, él lo negó con vehemencia. "Me voy a ir cuando yo quiera, no cuando los demás quieran", afirmó.