El juicio contra el Padre Julio César Grassi, por presunto abuso sexual de menores, pasó a un cuarto intermedio hasta el martes, al tiempo que en la audiencia de hoy volvió a leerse el documento expedido por la Fundación Felices los Niños, que presidía el cura cuando fue denunciado.
El juicio se restablecerá el martes a las 9, luego de que se decidiera pasar a un cuarto intermedio. En tanto, el veedor enviado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Pedro Kaufmann, no pudo participar de la audiencia de hoy porque, según dijo, el Tribunal Oral de Morón Nº 1 rechazó su participación.
Kaufmann sostuvo en declaraciones a la prensa que la presencia del poder Ejecutivo "facilitaría o haría ganar transparencia" al proceso y que "aún no se sabe cuáles serán los pasos a seguir, pero seguro que la Secretaría tomará medidas".
La decisión fue confirmada por los jueces luego de la polémica surgida por la prohibición para que ingresen cámaras que televisen el proceso de enjuiciamiento.
Grassi, acusado de 17 presuntos casos de abuso sexual y corrupción contra tres menores que estaban a su cargo en la Fundación, sostuvo hoy antes de entrar al juicio que “no tenía muchas expectativas" de que el tribunal aceptara el pedido de nulidad de juicio que había presentado, y reiteró que existen "presiones" en la causa que se lo investiga por el presunto abuso sexual de tres menores.
Por otra parte, ratificó que tiene el "apoyo personal" del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, aunque ayer desde el episcopado negaron que así sea.
Antes de ingresar a la tercera audiencia del juicio que se lleva en su contra en los Tribunales de Morón, Grassi aseguró que se "defenderá de la denuncia por abuso".
El martes, Grassi salió a declarar a la prensa que tenía el apoyo de Bergoglio y luego el vocero del Episcopado, presbítero Jorge Oesterheld, indicó que los obispos "son respetuosos del accionar de la Justicia" y que los dichos del sacerdote enjuiciado "corren por su cuenta".
Tras la aclaración del vocero eclesiástico, Grassi puntualizó está mañana que "corre por mi cuenta, porque soy el que he hablado personalmente y no públicamente con las autoridades de la Iglesia". "Nunca se me prohibió hacer misa, todo lo que yo hablo con los obispos lo hablo como de un hijo a un padre. La Iglesia confía en mí", declaró.
Fuente: DyN