El papa Benedicto XVI envió una carta de puño y letra en latín donde elogia al obispo castrense Antonio Baseotto, cuestionado por sus desafortunada recomendación de "atarle una piedra al cuello" a al ministro de Salud, Ginés Gonzáles García, y "tirarlo al mar".
La "epístola autógrafa" del Pontífice con motivo de las bodas oro sacerdotales del prelado militar fue difundida por la agencia católica AICA, justo hoy que Baseotto cumple 75 años y se especulaba con que la Santa Sede aceptaría su renuncia al alcanzar el límite de edad canónica.
El Papa saluda a Baseotto como "venerable hermano" y lo felicita por "la dedicación al cuidado y progreso espiritual de los soldados y de sus familias" desde su designación como ordinario militar en 2002.
Tras destacar " sus especiales dones humanos y cristianos, y su particular prudencia" al frente a la diócesis de Añatuya por diez años, Benedicto XVI subraya como característica de la gestión de Baseotto su " recta interpretación de la doctrina de la Iglesia".
Esto le permitió "impregnar toda su obra, a sus sacerdotes y a los fieles que le fueron confiados", valora el Papa en su misiva.
Por último, Benedicto XVI otorga con "especial afecto" la bendición apostólica y la hace extensiva a "los amados hijos del obispado castrense de la Argentina".
Monseñor Baseotto, a quien el presidente Kirchner quiso echar en marzo de 2005, ya envió su renuncia como obispo castrense a la Santa Sede, que en breve lapso deberá decidir a su reemplazante.
La polémica desatada en torno a Baseotto comenzó en febrero de ese año, cuando el obispo envió una carta al ministro de Salud, Ginés González García, en la que se pronunciaba contra el reparto de preservativos y la despenalización del aborto.
Allí, el religioso citó una frase del Evangelio que dice que "los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar".
Inmediatamente el Presidente pidió la remoción del prelado, pero el Vaticano lo ratificó. Como represalia, el Gobierno dejó de depositar el sueldo correspondiente al obispo castrense, que tiene en el organigrama del Estado argentino rango de subsecretario.
Baseotto fue acusado por presunta apología del delito ante la Justicia, que lo sobreseyó en julio de ese mismo año.
Pero además, Baseotto había sido denunciado por tráfico de bebés en Añatuya –el pueblo más pobre de Santiago del Estero-, donde se desempeñó como obispo desde 1991 hasta 2002 que llegó al obispado castrense.
La denuncia la impulsó primero el ex diputado justicialista Néstor Floridia y luego por la Fundación Adoptar. Sin embargo, esos cargos dieron lugar a una causa judicial que nunca avanzó.
Todavía no hay un candidato firme a la sede eclesiástica para reemplazarlo, pero la terna elevada a Roma por el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardi, tendría a priori -trascendió- la venia del gobierno.
Fuente: DyN