En su artículo editorial correspondiente a la tercera edición de la revista TAO, Liú Míng (el médico oriental que atiende al Papa Francisco desde los tiempos en que era el Cardenal Bergoglio) revela que el Sumo Pontífice le solicitó que se llegara hasta el Vaticano para volver a encontrarse.
El primer contacto que Liú Ming había mantenido con Bergoglio ya siendo Francisco fue por medio de una esquela que recibió desde el Vaticano a propósito de la salida de la primera edición de TAO, en la que lo bendecía a él y a la publicación.
En esta segunda oportunidad, Liú Ming fue sorprendido por su Santidad. “Hablé con él por teléfono y ahora no alcanzo a describir con palabras lo que sentí al escuchar su voz. Ocurrió exactamente el domingo 8 de septiembre. Yo estaba almorzando con unos amigos en mi casa y de repente sonó el teléfono. Cuándo atendí, escuché que me decía '¿Doctor Liú Ming? ¿Doctor Liú Ming? Habla Jorge, el Papa Francisco...' ¡No saben la emoción que sentí en ese momento! No sabía qué decir...”, relata el médico oriental.
Enterado de que viajaría a China para ver a su madre, el Papa Francisco le preguntó si de regreso a la Argentina podía visitarlo en la Santa Sede. Sorprendido, Liú Ming contestó afirmativamente. El encuentro se producirá en breve. El ahora Papa Francisco pondrá su salud en las manos del médico en el que más confía. Una vez más.