La causa que investiga el crimen de Ángeles Rawson tiene a su primer detenido: Jorge Néstor Mangeri, el encargado del edificio de la calle Ravignani. El sospechoso tiene 45 años y más de diez como portero en el barrio de Palermo.
¿Qué pruebas lo incriminan? ¿Que relación tenía con la víctima? ¿Es el asesino? ¿O el encubridor? ¿Es un perejil? ¿Vio algo? ¿Es cierto que lo amenazaron? ¿Pidió licencia? ¿Estaba enfermo? ¿Se fue de su casa? ¿Por qué tiene golpes en el cuerpo? ¿Tiene golpes en el cuerpo? ¿La mató? ¿Y por qué la mató? ¿Es verdad que confesó? La lista de dudas e interrogantes es infinita. La única certeza es que la chica está muerta y que el portero está acusado. ¿De qué? No se sabe. Tanto la fiscalía como el juzgado interviniente no brindaron información al respecto. Al menos hasta ahora.
Lo poco que trascendió es que cerca de las 20 de ayer estuvo en el despacho del juez Roberto Ponce pero finalmente se negó a declarar. Las mismas fuentes confiaron que los investigadores seguirían analizando otras pistas y que todavía no descartan la hipótesis que apunta a la familia de la chica, en particular al padrastro y su hijo de 17 años.
Un dato que llamó la atención ayer es que el portero apareció en público con el rostro descubierto. No es común cuando se trata de un sospechoso que todavía no fue indagado. Quizá lo hicieron para que notaran que tenía una llamativa lastimadura en la mejilla izquierda. Sin embargo, el miércoles pasado -un día después de la aparición del cuerpo- fue filmado sin señales visibles en la cara.
Hasta el viernes pasado Mangeri vivía con su esposa en el octavo piso de la calle Ravignani 2360. No tiene hijos. Según el Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh), que reúne a los encargados, el acusado estaba afiliado pero “no presentaba ninguna particularidad”. “Nunca pidió atención psicológica, ni intervenciones, ni era de mantener un perfil de actividad sindical”, dijo un vocero consultado por PERFIL.
Incondicional. “Yo sé que es inocente”, aseguró Diana Saettone, su esposa, en una entrevista a C5N. La mujer salió a defenderlo públicamente de las versiones que lo señalaban como el supuesto autor material del crimen de Angeles y dijo que es un perejil.
“Yo quiero las pruebas, mientras no tenga las pruebas y sólo sean sospechas, lo voy a defender a muerte”, enfatizó y agregó: “Yo solamente voy a creer que pudo llegar a ser el monstruo que hizo esto, un perverso, si a mí me muestran más que muestras”.
“Es un perejil al que le quieren meter la muerte de Mumi –como se la conocía a Angeles–. El puede tener miedo. Nada más”, entendió antes de asegurar que su marido fue perseguido y hasta golpeado por un grupo desconocidos.
La mujer recordó que el incidente más grave ocurrió el jueves pasado a la mañana. “Paró un auto sin patente. Un Polo negro con dos personas que preguntaron quién era el encargado del 2360. Jorge me dijo que pensó que le iban a robar. Cuando bajaron le pusieron el arma en la cabeza y le dijeron un montón de cosas. El a mí me contó que le dijeron que le iban a hacer una cama”, acusó.
Sobre la desaparición de Angeles, la esposa de Mangeri afirmó que se enteró porque se lo contó la madre de la adolescente cuando ella bajó a comprarle remedios a su esposo y que él supo de esta situación por ella. “Nos enteramos de la desaparición por la mamá de Mumi. La madre nos contó que había desaparecido cuando salía de la clase de gimnasia. ¿Cómo se enteró Jorge? Se lo conté yo”, aseguró. Diana destacó que la muerte de la chica los afectó a todos. “Lloramos juntos”, enfatizó. Además, contó que tanto ella como su esposo conocían a Angeles desde que era chiquita.
Sorpresa en el barrio. La detención del portero también sorprendió a los vecinos y colegas de la cuadra, que lo definieron como “buen trabajador”.
Julio, el encargado del edificio de Ravignani 2336, aseguró que nunca pensó que Jorge iba a ser acusado por el crimen de la adolescente. A su vez dijo “sospechaba que quizá pudiera tener algo que ver la familia, pero no él. Pero si fue y tiene que pagar, que lo haga. Porque yo tengo hijos y si me pasa eso seguro que lo quisiera ver en el fondo del calabozo”.